Entradas

Mostrando entradas de julio, 2013

Revolución sin tinta...

Vinieron rompieron todo se llevaron la memoria, nadie hizo nada. Su voz fue nuestra voz no hablaba la conciencia; fueron ellos vestidos de soberbia,  tomaron nuestras palabras se la tiraron  a las bestias de tinta, para fabricar un sueño carmesí. Me pregunté  qué hice que pude haber hecho, lloraba por dentro pero no se notaba afuera. Hay una revolución  que no estalla, duerme en los cuentos épicos  custodiados en el corazón de piedra del rey. Mientras no rompas el molde la tinta seguirá corriendo por tus venas,  si sigues durmiendo no podrás ver como brillan las estrellas.

Silbar el deseo...

Nunca conocí la utopía hasta escribirle una canción.  En la lágrima mas oscura  de la luna  e l balbuceo  nace,  quiere vivir para siempre.  Las hojas que dejó el otoño sienten el sabor a lo que una vez fue un recuerdo. Cansado de creer solo en lo que mundo  dice que puedo ver, deseo de ir más allá  con la voz, aunque  se rompa en mil partes  los cristales del tiempo. Todo ese gran sueño a media luz  de una ciudad llena de muerte,  caminar por las calles silbar el deseo,  el camino perfecto para entender el sentido de la vida.

Un segundo antes...

Volar ha costado tanto,  las alas del ángel yacen ensangrentadas en ese acorde clavado en do. No hay suspiro latente, el penitente escaló la montaña para no escuchar el grito de dios. Una a una las lágrimas,  iban bordando el camino a la perdición, hasta que alma no pudo mas y se apagó,  un segundo antes de besar la eternidad para siempre.

Desorden...

Desorden caos en el silencio en algún lugar estará la calma pero hoy,  no la necesito quiero pintar las calles con esa leyenda  que sigue en mis venas... Girando en la cuerda no hay opción para  ser otros el camino es ser yo. Soy un tonto por escuchar  como la angustia  habla en las sombras. El mundo necesita  saltar por los aires pero para eso,  hay que empezar  por el paraíso interno.

Historias. El gol que no fue....

Harto de ver como lo  puteaban, se alejó de la parte más baja de la tribuna para irse bien lejos de ahí, se recostó sobre el alambrado ,cerca de una feria de trapos  con los colores del rival de toda la vida. Los insultos de los demás no le dolían.  Le dolió que lo insultaran, aquellos con los que había compartido tanto; ravioladas, asados, cantinas, todo para que el club fuera para adelante. Recordó que fue amor a primera vista, entró y nunca más pudo salir.  La gente se alejaba, el se quedó ahí, furioso, enojado, los del club no lo miraron ni lo saludaron. Hasta que se le pasó tardó una hora. Perdieron la final 2 a 1, se les escapó el torneo. Su hijo lo aguardaba en la puerta de la cancha, lo miró como pidiendo disculpas. Sin hablar, sentía que podía escuchar esas desgarradoras palabras " Perdón por errar el gol Papá" Los dos caminaron con la cabeza baja hasta el auto, no hablaron, no se dijeron nada. El tipo de 37 años que nunca jugó al fútbol en ningún eq

Secuestro.

Tocaron la puerta,  una  dos veces después la rompieron a patadas. Era tres,  cuatro Papá perdió la cuenta cuando cayó tendido en la sala. A Mamá la arrastraron hasta la pieza su rostro era desbordado por las lágrimas  a mi sin embargo, no me hicieron nada. La extensa biblioteca murió   por un puñado de brazos que lograron tirarla. Se escuchó la orden: "Quemen la casa" Los malditos,  Me arrastraron hasta afuera, vi como el hogar se quemaba al tiempo que mis padres gritaban, que corriera y escapara. Los vi partir escondido debajo de un auto;  nunca volví a saber de ellos nadie los encontró ni siquiera el recuerdo. Tal vez sus espíritus  ronden en estos aires para dibujar una sonrisa en su rostro esa, que se llevaron los animales...

Enfermo del pasado...

Tarde que me hizo enfermar con el pasado,  la hoja acompasada temerosa, llegó hasta los pies llenos  de barro. De un suspiro el niño chocó contra la frente con una sonrisa,  siguió dando tumbos en la calle. Un paso quizás dos, una sombra giraba en el aire para morir  besando la frente  de ese rostro poco curtido.  Dos dedos,  un chasquido  y una canción para cada pena o castigo de un mundo  que no da tregua. De pronto  el corazón cesa, la luz se apaga la mente  se rompe en mil pedazos, en ese instante en el que mueren las palabras para darle paso a las letras,  en ese orgasmo que tienen las letras antes de ser sepultadas por el silencio.

Pacto...

El dolor no se va pintando las nubes de otro color, tu ausencia enferma la canción se fue con vos. La fe se escapa  cabiz bajo silbando  su propia ilusión, sabes,  en la noches  las lágrimas  tienen otro sabor. Las cicatrices se vuelven oscuras la bestia ríe a sus anchas, riega todas las tardes tu recuerdo  por las calles,  parece que explota el corazón y al final no explota nada. El frío de la noche congela hasta los huesos deja grietas en la piel,  habrá un mañana en que las dos almas se junten para sellar el pacto de derrotados que nunca firmé.

En medio de la muchedumbre...

De la blasfemia brotó el desencanto; parecía una gota de rocío que se incrusta en la   piel,  curtida por la sombra. Fueron demasiados  los setiembres  en los que la primavera posó su desencanto, pese a todo  la flor siguió en pie, sin pétalos sin espinas sin ganas de sonreír. Fue su boca violácea no la de todos, la que hirió  mi boca de plata; fue su mano  no otra, la que dijo adiós en medio de la muchedumbre.

Deja...

Deja  de estrujar las hojas del otoño en tus manos,   bebe la sensación de soledad que el invierno tiene para todos. Una tarde sin vos no tiene sol para mí, quiero irme lejos a donde el calor de unos labios me hagan sentir bien. Cansado de la derrota, postergo sueños para remendar un corazón cansado de pensar en tu piel. Llévame a tomar un tren que no se detenga en ninguna estación, que el viento entre por la ventana y seque las lágrimas que el amor me dejó cuando dejaste de pensar en mí.

Mi amigo "El Negro"...

Soñaba al costado de la avenida, un tibio amanecer para frenar aunque sea un día, el frío en sus labios. Escarcha que se le colaba por las las venas,  ese era su mundo rodeado de un amanecer poco amable para alguien que mueve la cola sin pedir nada a cambio. De pelo negro surcaba las calles todo el día para recibir del hombre, el trato más funesto. No se vio más, extraño esa mirada perdida que era la mía y esa cita en la estación todas las tardes para mirarnos frente a frente y darnos esperanzas. Tal vez se fue a morir  algún lado sin que nadie pueda verlo, o no pudo caminar más y se quedó a esperar a la parca como tantos otros. "El Negro"... Era más humano que aquellos que dicen serlo. Una estrella  brillará en tu honor Amigo,  tiene que hacerlo El cielo suele ser mas justo  que el firmamento.

Historias. Un Viaje.

Frené el colectivo, en la esquina del Club Rivadavia, me venía con una nota, y la duda de no saber si la tarjeta sube tenía carga. Cuando la puse, donde tenía que ponerla, sonreí, me quedaban seis pesos, y viaje de Empalme a Lobos. Me senté bien atrás, pero luego, con el colectivo casi vacío decidí sentarme en el primer asiento detrás del chófer, a la izquierda. Automáticamente mi cabeza giro hacia el lado del vidrio, y me dejé guiar por el juego de luces que chocaban contra él. Quién sabe cuántos destellos hay en la noche, esas imágenes chocaban contra mis ojos, mientras el cuerpo bajaba la intensidad y descansaba. Por un momento, ese viaje era una anestesia general para los dolores. Casí me duermo, sino fuera por una frenada brusca justo en la esquina antes de llegar a la plaza central del pueblo. Cuando me bajé, y empecé a caminar, vi como se alejaba. Le agradecí en silencio el descanso, a esa maquina de hierro.  Cruzando la plaza 1810, noté a una mujer de unos 30 años, es

el hombre elige la miseria.

Tráeme la daga con la que el hombre asesinó por la espalda al destino. Juntos,  iremos por ese sentado en el cordón  de la vereda  que cabiz bajo, espera un guiño de la vida. Somos sicarios  sin precio,   placer  de ver   la sangre derramada de nuestra especie. Imagina un mundo así  luego sal a la calle, el hombre  estrella  sus propios sueños por despedazar el de los demás. No tiene  sentido ni el reloj  la suficiente cuerda pero pudiendo codearse con la utopía, el hombre elige la miseria.

Al carajo!

Viniste, la noche abrazo con fuerza a la ausencia y todo  fue un poco mejor. Por un rato quien sabe,  un par de horas, dejé mi agonía a un costado te miré , sin hacer preguntas. La conciencia se nubló al primer beso,  y después; nuestros corazones hundieron la blasfemia de los sabios.  ¡Al carajo los que dicen que una noche no puede existir el amor!

Las siete de la tarde...

Tu perfume vino hasta la siesta sagrada de los lunes, se metió en el despertador para hacerlo sonar antes de la hora señalada. Tantas ganas de soñar que tenía y se vino a meter hasta las venas. Lo sagrado se volvió diabólico lo terrenal quemaba hasta los sueños. Su voz empezó a meterse en mis cuerdas y por un momento en medio de la pereza, sentí que  hablabas desde la esquina más oscura de la habitación. Cuando recobré la conciencia la tarde  se echaba a dormir en la calle, Los autos pasaban la gente murmuraba; Eran las siete de la tarde y tu ausencia  seguía haciendo estragos por los rincones.

Las venas...

Las venas laten tan fuerte hasta querer explotar; por la calles se pierden los pasos la rabia se queda en el lugar. Apesadumbrado  por su  sombra el hombre se cansa de luchar y afila sus dientes, para comerle un poco de distancia a la vida... Cabeza baja para una bendición que no llega, destino incierto para el barco que navega en el mar embravecido. La canción tiene un tono mas agradable hay una mejor versión de uno mismo pero hoy está tan lejos que ni con la utopía podemos alcanzarla.

La lluvia, la tarde y la pena...

A través de la ventana la lluvia dibuja una flor, para luego deshacerse en el vidrio y morir en el barro donde una vez, quedaron nuestros pasos. Nació la rebeldía y el alma, se lanzó a la acera a recibir  las lágrimas  que caían del cielo. De vez en cuando mordía el aire para arrebatarle al universo un poco de humanidad. No habitaba nadie a esa hora era feliz casi tanto como cuando amaba, saltaba tan alto como podía y gritaba tan fuerte  como pudiera: que no saliera el sol para seguir viviendo su pena.

Mi dolor...

No busques luz  en donde no hay, si quieres quédate con las rosas;  que yo con las espinas bordaré una sabana para que en las noches pueda llorar sin que nadie pueda verme. Te amé hasta el último latido que permitió el corazón,  quiero despedirte así con esa sonrisa  de la primera vez. Llévate las estrellas no las quiero déjame las sombras para que nadie  pueda ver cuanto sufrí y cuanto te amé. Este es mi dolor dios no tiene que saberlo.

Historias. Caminando...

Caminando,  en la humedad de la calle  se notaban  los recuerdos pegados  en cada baldosa. Voces afónicas  y un sinuoso  despertar del viento,  el agónico compás  de los pies mezclados con barro  en la neblina de la mañana. En una esquina,  la muñeca que se le perdió a la noche  disimula su inocencia  detrás de una bocanada de alquitrán. El taxy nunca llega, y para sus adentros espera que venga el sol, para matar la niebla y emprender el camino a casa. Sin querer su miedo empezó a formar parte de mi, quise desprenderme pero se escuchaba el sonido de sus tacos cada vez más cerca. La noche moría las luces se apagaban, supongo que algo de mí tenía que morir también. Sus labios empezaron a rosarme las orejas, de pronto me dio vuelta, y ahí estaba... Rostro blanco, labios violáceos, el pelo le llegaba a la cintura. -Quiero quedarme con vos, me dijo. -No puedo, Qué haces acá, a esta hora.? -Te espero a vos. Aguardé en silencio un instante, hasta que lo cortó el soni

El tiempo...

Lejos de escapar me cubre en el espejo abominable,  encerrado en segundos fantasmales y cuerdas que rompen la armonía haciendo tic, tac, tic, tac. Sacude los días y los embarra con números, decimales comas y puntos. Detiene los suspiros  más de la cuenta,  congela los sueños en el amanecer. En una pared, en la mano,  en una iglesia o en la caja boba, ahí está  persiguiéndote,  devorándose  cada una de tus fantasías  sino eres demasiado fuerte Malditos sean los segundos en los minutos que pasan, mientras las horas siguen y la imaginación muera los años , serán la anestesia a la enfermedad  a la que no queremos encontrarle alguna cura.

En el amanecer...

Pacto acuerdo,  de palabra o por escrito. No digas nada yo tampoco diré nada,  el silencio será el escudo entre la noche y nuestros cuerpos. Que el instinto sea la droga para nuestras venas te besaré,  hasta morir en tus pechos.  Quiero que me abraces como el mar  abraza a las olas y sentir tu latido. Que tu pelo esconda mi miseria  en las sábanas  de una habitación custodiada por la parte más oscura de la luna. No digas nada yo tampoco diré nada, pero créeme  que en ésta lágrima también se va mi alma; hay sueños que no mueren en el amanecer.

Concierto...

Un concierto a la luz de la luna, no había aplausos todos con la boca abierta mirando al centro de la escena. La banda dejó de tocar cesó con el silencio  la última nota, todos se miraban nadie hablaba, al escenario  se le fueron apagando las luces. Pasaron los minutos todos seguían en el lugar no se querían perder nada,  los ojos vidriosos esperando un aplauso para una cadena de gritos festejando, como en el centro de la vida el ser humano se arrancaba la piel para el goce de los bastardos...

La pluma de nuestra vida...

La sinfonía del corazón le miente a mis oídos como a tus ojos, un espectáculo para las garras de las noches y  cada una de sus estrellas. Me llevarías lejos del mundo para ser bendecido con tu gracia? Viene a la mente la canción del sueño eterno,  y el último beso  congela la lágrima... Somos prisioneros de un cuento escrito por alguién que nos odia sin saber por qué. Quién dibuja  los corazones en las nubes, por qué pone a la utopía lejos de los labios? Ese constante anhelo  de estar bien, y buscar un escudo en el silencio de la noche. La soledad admira a esa hoja que pende del árbol y persiste constantemente. Quisiera que la pluma muera, para dejarnos escribir  nuestra propia vida,  en ese muro maravilloso en el que una vez sin que nadie lo sepa escribí mi nombre y vos el tuyo...

Manifiesto.

Aquí,  pues me encuentro,  solitario  diurno no existe un mundo en el pueda caber toda la angustia que siento, soy una pluma en suspenso, esperando una bocanada de vida para girar dando tumbos hasta llegar a la tierra,  en el que algunos respiran hasta ahogarse con recuerdos. La historia del hombre sin fe,  caminar por las cenizas   sin sentir el fuego y cuando está a punto de caer darse vuelta y ver que es demasiado tarde para intentarlo de nuevo.

Perdedor...

El bastardo más grande de todos cesó  su causa, la tormenta se hecho a dormir detrás de la montaña y con un chasquido de sus dedos los fantasmas, se esfumaron en el atardecer. De pronto la noche empezó a tejer las estrellas,  lejos de la vista  cerca del alma;  las venas se hinchaban de gozo eran por eso las lágrimas. Una gota en el piso reflejaba su hermosura, cada huella en la tierra era un beso de la luna.  Qué importa la hora si la eternidad  cabe en el segundo en el que su mirada me hizo sentir que no era el mismo perdedor, este que todas las noches se enfrenta con el espejo.