La vida...
Un paso, dos. Entre baldosas negras y blancas(Algunas grises) la vida deja su mejor baile. Luces a ella. El escenario solo es el primer acto de una obra que nunca se estrenará, de una lágrima que no morirá en el rostro. Vaya saber en que sapienza la niebla abandona su tela hasta que la vida vuelva a convocarla. Sin embargo se encierra en su propio locura para mimetizarse con quién siempre debió haber sido. Mírenla. Expande sus brazos a todas las direcciones, dibuja aureolas para ser devoradas por el tiempo. Aunque en realidad deja sonrisas para que entre vaivenes vayan a parar a tu boca. Ignora los aplausos. Ama ese contrapunto con la eternidad. No se mete en el mar para buscar el devenir, dibuja en cada destello un mundo. No busca un porqué, ella es en si misma el efecto. Y ahora se atreve a volar ante mis ojos, acariciando mis heridas, bordando los recuerdos para unirlos en una hermosa obra que quizás alguien la recoja en la etern