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Mostrando entradas de diciembre, 2012

Ojos Apagados...

Con los ojos apagados, al costado de la piedra, intentó encender su alma, para aplacar la tristeza. Su pieza, refugio lleno de sombras y humedad, atestado de penas, se fue primero, y en el cielo no estaba. En las noches mirando las estrellas, cuando  te  dejan verlas, aparece su sombra, sentada en la escalera; con su risa de siempre con su voz de lobo disfrazada de cordero. Cada frase, es un acorde que no puedo comprender, el pasado renace en el recuerdo de lo que una vez fueron tus besos.

Cansancio...

Duele el alma, se cierran las venas, los ojos se hinchan hasta explotar, vivir es una batalla con consecuencias. Mañana de verano, silencio, silencio, tan agudo como un puñal al centro de los sentidos. La conciencia quiere dormir, el aire parece un par de sábanas blancas, que giran alrededor suyo, lento, tan lento, que los párpados prometen nunca abandonar el color escarlata. El cuerpo es una prosa acabada, maltrecho, bastardeado, como una piedra que gira al compás del 2x4 dentro de la pasión de la vida. Unas manos acarician la memoria, una boca susurra al oido, la imagen se vuelve confusa a cada segundo, era una sombra la que me llamaba a dormir en sus brazos...

Caminante

El caminante tiene angustia, angustia de no saber donde terminan sus pasos. Caminante que camina sin saber a dónde va,  cae derrotado a mitad de camino;  Lo cubre la arena,  hasta que no quede nada de el,  ni de su pasado. Su boca rumea acordes,  palabras atadas con cadenas, de una sociedad lacerante. Caminante de un cielo,  que llora estrellas,  aun persiste,  sin escudo,  con su espada de tinta,  para aplacar los  rugidos de la miseria. En su espalda, la versión más aguda de dios,  toca las cicatrices;   estalla el grito mas desgarrador,  boca llena de sangre  que ríe como un rey satisfecho después de la cena. Caminante sin destino,  pasos que se notan cada vez menos en la arena. El humo cubre el tiempo, pero no la pena.  Risas, más risas, la vida se muestra en todo su esplendor,  a los bastardos que con su mueca,  arruinan la pintura con la que algún salvaje dibujó nuestro andar; El hombre es prisionero del mundo  hasta que p

Poema 26 Diciembre de 2012

El mundo es mundo si estás vos,  lejos, mi voz se entierra en el pantano,  pero la rosa morirá conmigo,  en mis brazos. Cada pétalo vale más,  que cada uno de mis pasos. En el cemento,  la sangre derramada del pincel,  en el cielo, brillan los colores,  pero el mar trae recuerdos,  el pasado es la nota que la falta a la canción. La ficción se alimenta de tu ausencia,  el presente se aferra a las preguntas,  como nubes pintadas por la locura,  cómo lágrimas azules,  como garras sin filo. Eres la dulzura que da vueltas por mis labios,  a donde quieras que vaya,  va estar mi mundo,  mi refugio está donde estás vos.

Lejos...

Pensé en vos, tal vez como nunca. Te extrañe, amaba tu piel, como mirar al horizonte. Hoy nada se puede hacer, soñé tus besos, mucho más de lo que alma podía, volar no es suficiente, si tu amor no me da las alas... Yo sigo siendo el mismo, o tal vez no, y vos? Significas mucho para mi, aun recuerdo los acordes cuando te marchabas, y te llevaba mis lagrimas, para que las devore el tiempo. Cada calle tiene tu perfume, el cielo tiene las pinceladas de azul, que dibujo nuestra inconsciencia. Antes de poder pegar un ojo, mi mente sale a caminar por las venas de la gran ciudad, a veces te encuentro, lejos, donde duerme la ilusión de mi vida...

El Edén...

Fui a los ecos de la nostalgia, a buscar la luz  que se alzaba en el infinito,  como la hoja dorada,  que sigue meciéndose en las mejillas del viento. Y aún así,  habitaba la sombra, con sus labios morados, soltando versos por los aires, silbando por lo bajo el desamor. Calles impacientes, ojos implacables, miserias blandas, que endurecen la memoria del hombre. La rueda gira en la conciencia, la tempestad derriba el recuerdo, recuerdo que quiere volver, olvido que viaja hasta tu puerta. El alma explota por los aires, navega los valles, los mares, los pasadizos del bosque encantado. El edén, está  en el paraíso interno que no exploramos...

MIENTRAS

Mientras el cuento ocurre, Los necios ríen, Los sabios cuestionan, Los silenciosos aguardan, Los pecadores no se arrepienten. Mientras el mundo mira para arriba, Los estúpidos  son reyes, Los inteligentes lapidados, Los que no tienen corazón son amados, Los que aman, se pierden con el soplo del viento. Mientras pasan los segundos, Los que recibieron no dan, Los que dan, ya no quieren hacerlo, Los que vivieron esperando siguen sin dar pasos. Sigue sin respirar, El asfalto se ahoga con cada lamento, Las calles se cierran, Cuando los oprimidos quieren abrir el corazón. Mientras la noche llega, El mundo cierra las puertas, Tapa las ventanas, Se acuestan, se tapan hasta la cabeza, Pretenden escuchar, Para hablar sin saber. Aun las venas llevan sangre y no indiferencia, Aún los ángeles siguen pintando las estrellas con sus sueños. En el paraíso, Las princesas sueñan con que las rescaten, Para hacer realidad el cuento, D

Agonía en una tarde de primavera.

La miras, ves que sonríe, La amás con toda tu alma, En el fondo Quieres  que sea feliz,  aun sin vos... Te mira, Tal vez por piedad, O por maldad; Juraste nunca confesar lo que sientes, Tu frágil conciencia no soportaría su indiferencia. A veces, La bestia que está en tu interior, sacude las paredes del corazón con sus garras, sientes odio, pareces que explotas, cuando entrega su amor a cualquier postor. Y que queda entonces… El más absoluto sigilo. Ella nunca sabrá lo que siento, Tal vez, Algún amigo le cuente por lo bajo, que alguien la amó con sus cinco sentidos, Y los perdió a todos, por su boca que se esfumó en sus sueños, por su sonrisa, que duerme en la esquina más inocente de la conciencia. Y esa es su historia, Decirle? Que haría con todo el amor que podría darle. Y si no siente? no sería el primer caso de quien muere por amor. A veces, el sol muestra su peor cara, A quienes viven, sin haber vivido, A

Historia del más acá

La tomé en mis brazos, la hice mía, su larga cabellera castaña, se desplegaba a lo ancho de la cama, bañada en sudor, dos cuerpos rendidos estaban en suspenso, agitados, transpirados, satisfechos. Ella,  giró su cabeza, vino con su rostro me dijo que me amaba, me besó y se durmió en mi pecho. La calma fue tan aguda, que yo dormí también. Fueron horas, hasta que de pronto, la última gota de luz que entraba por la ventana terminaron por calentar mis ojos, ahí me desperté, ella no estaba. Me sentí vacío,después imaginé que estaría preparando un desayuno, bajé a la cocina, tampoco estaba, solo la puerta entreabierta me confirmó lo peor, se fue, sin saludar, el último saludo era un beso, y eso era lo que quedaba. Me vestí con lo primero que encontré, el Jeans negro que estaba arriba de la silla, una remera celeste, sin dibujo, y un par de alpargatas de color blanco, y me lancé entre los edificios a buscarla. Quería saber si estaba bien, a veces, me decía que la amnesia se adueña

Todos creen saber...

Nadie  entiende, todos miran, observan, como si el  alma fuera un vagabundo que no merece lugar. Ojos de cartón que se rompen, con tan solo una lágrima, venas que explotan y manchan de tinta el horizonte. Todos creen saber, las dulces palabras que calman el amanecer de mis labios, el pecho es un cuento con final abierto, nadie quiere contar la verdadera historia…

Dos noches de primavera.

Bajo el cielo azul, lloraba de felicidad, miraba la estrellas, el mundo tenía sentido para el. Las flores, adornaban su rostro, y el néctar, saciaba sus sueños de una noche de primavera. Que mas queda por vivir, la música se hizo presente, y el paraíso interno, explotó por los aires, y la mente, viajó  sobre el mar, mirando cada estela que dejaban sus lágrimas... y mientras hacia su viaje, nada la importaba, a nada le temía, por que una vez en mucho tiempo, pudo sentirse completo, y su corazón, latía al compás de su poesía... Vuelve a rodar la piedra, el mundo ya no es el mismo, dos noches, poesía pura, música dulce para los oídos, aún persisten las voces que hablan del sueño eterno.

Quien?

Quién te nombró,  y te puso al frente del tiempo. Quién te hizo dios,  para que te rece,  pida o implore... Por qué juegas con el viento,  al borde de la laguna,  y quieres poner las estrellas en el agua,  para danzar en las nubes sin el alma. Resisto cuanto puedo,  medio día silencioso,  apenas puede con esta cruz,  que marca profundamente,  las lamentaciones de esta historia. Quién te puso en la mente.  Tu silueta aun da vueltas ante mis ojos,  sin quererlo tu risa es mi risa,  tus recuerdos pasan por mis venas. Vas y vienes  cuantas veces quieres,  mueres y vives; cada vez que escribo,  cada letra,  cada tramo de tinta  es por vos.  Jamás sabrás que te amo,  Aunque fantaseo a cada momento, que escribo en tus brazos  las mejores frases, Después de hacer el amor…

Inventos...

Inventos, puros inventos, y el amor flota en el aire, como el jazmín que una vez estuvo en tus manos. Que es tu ausencia, sino la droga, que duerme el control de la mente. El propio corazón juega su azar, en una noche, tan perfecta, sin voces, sin armas, sin fe, con temores. Te quiero sabes, aunque estés lejos, una lágrima, recorre el cuerpo, junto a las cenizas del cigarro al que  aun se le notan tus labios. Sin descansar dibujo en la hoja, tu andar, el mio, nuestras almas se abrazan, nuestro cuerpos no. Tu anhelo va por el sendero, que no te trae a mi piel, se muere el sol, mis ganas de vivir se van con el.

luces por doquier...

Luces, luces por doquier. Baldosas frágiles, atadas por cadenas de barro. Naipes marcados a cada paso, el reloj marca las doce, todavía no suenan las campanas. Cerca, tan cerca, una mariposa se arrastra casi sin fuerza, su historia se desvanece en las alas, que un día cargó con honor. De pronto, como una historia del Nunca Más, la puerta de roble se abre, la única, en la última esquina, un bote, una laguna que llega hasta la montaña bañada de pétalos azules, con algunos toques de rojo carmesí. Cae rendido, siente sus pies frios, fria la conciencia, congelada el alma. En su espalda brilla la punta de la montaña, tan cerca que quema sus pasos, tan lejos, que mueren sus sueños...

Me fue dada la vida...

Me fue dada la vida, y la escondí. Debajo de la piedra que nunca me atreví a tomar, para lanzarla a la bestia, que busca y pide sangre, para saciar su apetito... Me fue dada la vida, y la regalé. Se iba caminando, impávido quedé; por que lo quise, y ni siquiera estiré la mano, para tocar su espalda... Me fue dada la vida, y la volví una rutina. sonaba a cada momento la misma canción escuchaba las mismas voces, la misma risa. Me fue dada la vida, dejé mis sueños, me escondí en la noche. Dejé que las lágrimas marcaran el compás de mis sentidos, y que no me permitieran ver las estrellas... Aún hoy, a la distancia, bordada por sirenas, al costado de la laguna, balbucea mi nombre, llamándome, pidiéndome que vaya a buscarla.

Por siempre tuyo....

De todas las partículas que giran en el aire, alguna dará vueltas hasta tu palidez, para encender el arcoiris que habita  en tu rostro? Mi voz no habita en su mundo, pero su voz, suaviza los golpes que recibe el corazón, para que la corona caiga y rompa en mil pedazos, las cadenas que visten al cuerpo... El cielo no entiende de pretextos, las estrellas no lloran, brillan, no ves  como rozan tu rostro, para curar tu palidez.? Por siempre tuyo, aunque nunca le des un camino a este mundo, para llegar a tus labios, aunque mi espíritu se congele cuando quiera acercarse a tu alma... *Fue escrito hace años, lo remodelé y acá está....

Hacia adelante...

La tempestad puede doblegar la carne, pero no la voluntad, puede borrar la letra,  no la memoria. El éxito es una quimera, que nace, vive  y muere en el pretexto que muerde la conciencia, hasta llenar con aire, el estomago de los fracasados. El corazón no puede esquivar la nada, la enfrenta, sin armadura, aún sin estrategia. El hombre no nació, para ser doblegado, nació para ser libre, como la hoja que se desprende del árbol, y se posa en las alas del ángel...

Las calles...

Duendes, negociando el paso con unicornios de seda para que la noche muera en  tus piernas de terciopelo. El reloj para al sonido de un beso, y después avanza de dos en dos, como el único peón que tiene la cordura,  para enfrentarse a caballos y a torres. Ese es el mundo, adornado con jazmines que llegan al cielo, blanco, negro, como la mente; algunas veces puede ser gris. El cuarteto de borrachos reunidos al borde de los rieles, contando sus proezas; la voz se le entrecortaba al mas viejo de todos, cuando habló de que una vez realizó la increíble utopía de construir un castillo, en el aire, y desde el, escupirle la cara a todos los bastardos. Los otros tres aprobaban con la frente, pero no con el interior. Esas son mis calles, atestadas de recetas para la cura de la vejez, y las arrugas cada vez se notan más, algunas hasta se parecen a  cicatrices que dejó un blues, escrito en el callejón donde todas las noches se escucha un grito distinto. Puedes ir al norte, al sur, al

CIUDAD SANGRE

Reina la sangre. Las voces,  ensordecen el sonido del viento  hasta golpear el cemento,  como un concierto de pétalos, que mueren al costado de la calle. Ven aquí,  lo que ves es un show,  que ni tu conciencia entiende. Ven acerca tu espíritu, La bestia se llena con sangre, y las pasiones perecen, Pisoteadas por el olvido…  Escuchas la música, que trae el sonido de los pasos? Dos almas mirándose con devoción, en la esquina, debajo del árbol, víspera de un corazón abandonado. La creación muere en sus garras, lejos del sol, cerca del crepúsculo,    esta cielo azul, el sol irradiante, la frase perfecta… Ahí está, Su baba, su boca, Su vida entera, Esperando la sangre Para alimentar su ego, Mientras los dioses, Duermen, como lo hacen todos, Cada vez que la bestia, Viene a buscar lo que no le pertenece…