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Mostrando entradas de enero, 2018

Al señor...

Al señor no le gustan mis palabras, ni la barba de diez días, mis dientes manchados con café, el pedante me dice que soy pedante y si pudiera no me daría de comer. En el fondo cree que no puede darle de comer a nadie. Hay suficientes que creen que él es el que da de comer. Pobre hombre, pobres todos los que creen en el. El señor no baja de su auto, crucifica con una mirada. Da la orden, mata o mueres. Al señor le molestan mis ideas, está enfadado por que todos los días le hablo a mi flor. Mis rodillas están gastadas por los golpes no por la resignación. Lo insulto en todas las oraciones, miro su afiche en la calle, el señor sueña con fabricar escaleras, yo solo dibujo un par de alas para poder volar. El señor quiere enderezar mis actos, castigarme por soñar, me dice "pobre" aunque el universo sabe quién es el pordiosero de verdad.

Pasos muy largos

El tiempo hace pasos muy largos, buscamos penumbras, escapamos de amaneceres, los pasos del hombre ya no quedan marcados en la tierra. Cuarenta razones para no morir, escriben en la sombra más amable del alma, la condena se ahoga en la calle mas sucia del pueblo. En cada día hay historias, instantes disfrazados, desnudos ante un par de ojos de cristal. Perderse en la ontananza, cada vez de una buena vez hasta hacer realidad ese espacio dibujado en la mente.

Ganas

Solo creo en ese balbuceo eterno, en esa cadencia terrenal cuando tu alma viene a mi boca. Sigo a la luna, perturbada por la noche. Su pelo deja estelas, su corazón deja música para dormir. Entre amaneceres furtivos, noches galantes o atardeceres que no le dejen colores para dibujarle a tu cuerpo alas, navegan mis ganas.

La basura.

Condenado por su razón, por su color de piel, por su visión del mundo, por lo que ve en el mundo. Lo quieren sepultado, lejos de la memoria, hundido en la depresión constante, en la estrella más alejada. Le cerraron paraísos,  le negaron la tinta, le dejaron dolor en vez de pétalos pero el dolor no funciona. Quisieron ponerlo en las sombras, pero en la mismísima oscuridad estaba su brillo. El sistema tiene un gran problema, pierde poder cuando el hombre deja de revolver la basura.

Chin-Chin...

Una soledad fornida que permita ahuyentar fantasmas, un buen libro hablándote al oído como si fuera una canción de cuna. el mismísimo viento diciéndote que no todo está perdido. Despertar el lado más azul de la memoria, emborracharse de amaneceres por que las noches ya están gastadas. Las mismas mentiras no duelen lo mismo, los viejos rencores no resucitan, ya no se escuchan promesas, entre tantas piedras el hombre puede encontrar su rosa. Saltar con una copa de vino en la mano por todos los colores del arcoiris, reírse en la cara al cuento, a quién escribe la historia por que nosotros sabemos que si la escribiéramos, otra sería la trama. Luego, después de todo o de nada, brindar con tu otro yo, ese bastardo que toda la vida siguió tu sombra y que hoy besa tus sueños sin erizar la piel ni la conciencia.

La imaginación viaja...

Vale la pena escribir un libro, cerrar puertas para dejar abierta de una puta vez aquella que deje entrar lo maravilloso. Vale más la sonrisa de un niño que el eterno lamento de los oxidados. La locura de los héroes cotidianos, en vez de aplaudir el paso de una multitud que sigue velando a sus muertos con un podrido olor a jazmín. Prefiero un mar enbravecido, a un millón de puentes. Una poesía inentendible a un discurso barato, aburrido y sin emociones. Por que después de todo quiero ser yo, sin escudos, sin armaduras. Por que cuando la palabra quiere, hiere o sino mata. Y aquí, sin uso de facultades, soplo tan fuerte y las nubes se escapan del paisaje. Luego sonrió, fue una buena batalla, odio lo que todos aman, amo lo que todos odian. Abrazo el viento, hay un llanto que toca la puerta una vez que nace la calma. La imaginación viaja nunca encuentra un hogar.