ABRIL...
Abril. Me acerqué a la ventana forcé la vista, el alba empezaba a dar tumbos en la calle. Giré mi cabeza vi su cuerpo en blanco y negro, moví mil veces la cien hasta que se acomodaron los planetas. En mis tripas sonaron los versos que tejió en el entrepiso la locura, escuchaba voces, bajé y ví como el olvido lamía el acero de la espada ensangrentada. La luz se colaba en la puerta heché a correr Las pupilas se han secado, no quedan más lágrimas. Abril. Se esfumaron los sueños en la escarcha. El silencio teje el otoño en la neblina del alba, mientras la conciencia corre desnuda por las calles de la ciudad; buscando alguna lágrima.