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Mostrando entradas de agosto, 2013

Pasos.

Lo que queda es enamorarme de mi locura. las piedras no tienen sabor, las nubes brillan sin piel. En este desierto  las huellas se pierden sin saber por qué. Ahí está, abrazando todo lo que pude ser, la magia que una vez tuvo el alma se ahogó en el oasis que la mente creó. Esta es la vida, se va por un rumbo que nunca soñó, vestida de rojo enseñando su falda, mordiendo sus labios, ofreciendo su cuerpo a un mejor postor.

La verdadera historia...

Cuenta  que siempre hay alguien que oirá tu historia. Aunque el zumbido tape tus palabras, las de otros, siempre un ruido llegará a escucharse antes de ser sepultado  en el vacío. Intoxica  tu boca con las palabras del nunca más; no bebas del  oasis ni corras tras tus propios fantasmas. Deja que tus venas se llenen de verdades para que exploten las mentiras. Deja que los demás inventen, que digan lo que quieran. La verdadera historia es la que deja huella  todos los dias, la que no va ser publicada la que vive en una sonrisa o se esconde, detrás de una lágrima.

Otra vez,cada vez...

Puede volar  tan alto que se escapa a la razón; no es un ángel es la sombra que se fue  detrás de vos. De nada sirve inventar fantasías el mágico mundo se deciso  en esa sonrisa que me regalaste al despertar. La mente se reduce a un misterioso coche viajando por la ruta  sin saber a donde ir. De nada sirve correr bajo la lluvia, siempre quedarán marcas en la piel. Quisiera estar donde el silencio me abrace, y las palabras  no puedan  causarme daño. Quisiera caminar por la arena sin dejar huellas que me lleven al pasado otra vez, cada vez que se me cruza tu nombre.

Me pides...

Pides amor  no le queda más sangre a este corazón  podrido de latir en tu nombre. Pides poesía, a éste poeta se le acabaron las metáforas Cansado, busco el austero silencio para salir un segundo de vos pero no puedo. Me pides el cielo,  cada noche hay una estrella muriendo en tus labios. Al camino le sobran piedras, le faltan voces le sobran bastardos tiene ausencia de ilusiones.

Cien canciones...

Cien canciones para una sola pena blanco, negro gris, violeta los matices  con las que el  verso tiñe la tarde. Ya no sabe, de que disfrazarse el silencio para que no lo acose la noche. Igual el pincel,  dibuja una sonrisa rodeada de nubes de alquitrán. De fondo,  la postal de todos los días: la bestia afila sus dientes al compás del reloj que mece sus segundos en las alas del ángel.

El Viento gira...

El viento  gira  en la mejilla,  sin prisa llega a sus manos, para morir en el seno del árbol, custodio  de las almas. En la pausa que hace la hoja antes de descansar  en el suelo, el frío perfora las venas; el sol es una escusa que escapa tibiamente de los labios partidos de la luna. Ella hubiera deseado ir más allá, pero cada amanecer es una canción que habla de su piel; cada recuerdo es un espectáculo en el que todos sonríen sin saber por qué...

Todos festejaban

Flameaba la bandera  ancha, con la sonrisa  de la juventud. En la lluvia  se notaba  que estaba,  aun sufriendo los golpes  brillaban  sus colores  en la tormenta. Hasta que llegaron ellos,  mezcla de bastardos, usureros, canallas  e infames adornados con cadenas de oro. Sacaron la bandera, la pisotearon hasta dejarla enterrada. Después reían, todos lo hacían,adoraban la barbarie. -Nadie hacía nada? -Nadie, todos festejaban, la pisotearon, la escupieron y la dejaron ahí agonizando. Nadie la abrazó, nadie quiso curarla, envejece junto a la tierra como un trapo mas, olvidado por la virtud que tienen unos pocos con su pluma de prevalecer sobre la memoria colectiva.

El aroma de la mañana...

La mañana  tiene el aroma a esa oscuridad  abandonada, en el último sueño antes de despertar. Lo que pasó es un recuerdo sostenido por una melodía, en ese primer latido del sol al costado de la escarcha. La cuerda floja es tan fina,  el colchón de espinas espera el presente para abrazarlo en ese beso que nunca vendrá. Rueda su memoria por las nubes, en su espejo  las pupilas queman en sus manos lastima el cristal. La locura baila en el centro de la plaza esperando que el tiempo apague su dolor. Es un desastre puede ser, pero si te detienes un segundo antes  llorar, verás como la sombra y la luz hacen el amor sin importarle lo celoso que pueda ser el tiempo.

Dónde está Félix.?

Cuando la luz de la pieza se encendió, la cabeza del hombre que estaba envuelta en un velo negro empezó a moverse de a poco. Cuando se le descubrió el velo, rápidamente quitó su vista de la luz, y buscó refugió mirando hacía abajo. Le dolían los ojos. Calculó que su pómulo derecho estaría hecho trizas, todo su lado derecho estaba inmóvil. Antes de venir un golpe más, aguantó la respiración pero fue imposible soportar el golpe, atado a una silla de madera cayó al piso y empezó a llorar de dolor. Veía poco, hace tres días que estaba encerrado. Dos veces por día tenía la sensación de que no estaba solo. Una cuando le traían algo de comer y un vaso de agua, la otra  y por la noche era para golpearlo y hacerle la misma pregunta: Dónde está Félix? -Es imposible, no habla, es mudo. Si lo golpeamos más lo vamos a matar, y no vamos a saber donde carajo se fue tu primo con la plata. -Qué hablé, es tu trabajo para eso te pago, sino sabemos donde está la plata, como carajo vamos a

Mi causa...

Abracé mi causa tan fuerte que la ahogué  al doblar la calle. No supe que hacer, corrí con ella sobre mis espaldas, era tan pesada, doblegó la conciencia. Era inevitable: la dejé a un costado   seguí, era la primera vez que las nubes estaban sobre mi cien. Miré para atrás se fue de la vista, lloré por mucho tiempo en el mar encontré la estela  de lo que una vez me hizo feliz. La seguí, en el océano flotaban mis historias, tan lejos que mi mano no podían tocarla,  tan cerca que el mar no logra desteñir a un corazón hecho añicos.

Huellas del camino...

Tu vida moldeada  por un antojadizo al que no se le conoce la cara. Sus garras  arañan tu conciencia, tus lágrimas  pierden batallas. Somos arcilla fácil de moldear; soñamos con ser una gota para atravesar la piel pero morimos en el fango. Nuestro delirio nace de las editoriales en vez de hacerlo en nosotros mismos. Queremos ser libres pero mirando al cielo, nos olvidamos las huellas  que tiene el camino.

La psicosis del tiempo.

Asomaba al horizonte una caricia, la piel fue abrazada por el viento luego el corazón latió una vez,  quizás dos. Volvió a su estado normal, ese de estar sin sentir sin pensar; abrazó las hojas del árbol para sentir aunque sea un instante  la inmensidad del segundo que no vivió. Vomitó sus promesas el aroma dejó los pétalos colgados en el aire.  Asomaba a sus labios una frase de perdón pero el alma sigue escribiendo las paredes con sangre.

Fantasmas...

Fantasmas. Grises lineas de luz se deslizan por los brazos del árbol, hasta quedarse inmóvil en la melodía   con la que empieza  la tormenta. Los recuerdos mueren,  todo lo que una vez fue es una miscelánea  de la pluma de dios:  hiere,  quema  asusta a los ojos,  sed de lágrimas... Río que no llega, las grietas se notan; en cada parte hay una historia que no tiene poesía. Más abajo la ausencia del verso  parece infinita. El último aliento sirve para mirar al cielo,  agachar la cabeza e irse silbando debajo de la lluvia esperando que llegue  alguna vez al alma, esa gota que tiempo nos niega.

Enojo....

Cansado  de los bastardos esos,  que con la punta de un lápiz dibujan la amargura después de una siesta. Asqueado de perder la fe por los rincones y de llorar, sin prisa,  sin pausa por lo que nunca llegará. Una lágrima taciturna acaricia la tarde, duermen las palabras en la piel del cordero mientras el lobo en la sombra, afila sus dientes. Los sueños  descansan en las nubes tan lejos  y lo cree el hombre, será por eso  que no se atreve a volar.

Portazo...

Último escalón  de la ironía, mira el cuento de la pluma que llega herida a su hombro dejando en el aire esbozos de soledad. En el descanso un nudo muy fuerte aprieta el corazón del niño está ahí  llorando,  sin que nadie lo sepa. Más abajo no queda nada Luz que se va apagando,  portazo de alguien que se fue sin decir adiós.

Esa sonrisa....

Tomás golpeó la puerta, pero nadie abría. Cinco, diez, cincuenta veces, no alcanzaron ni siquiera, para despertar a los vecinos de la cuadra. Tenia tanta soledad en ese jueves de enero, que el calor se le pegaba a la piel marcándola como la hamburguesa que coció a la plancha quince minutos antes. Se quedó sin agua, iba a pedir un poco de jugo aunque sea. -¿A dónde se fue todo el mundo?, se preguntó a si mismo. Alzo la vista, y en la esquina había un Peugot 207, con las puertas abiertas, corrió hasta el, solo encontró un par de bolsos. Silencio, puro silencio. Miró hacia la izquierda y divisó una larga filas de autos abandonados, bicicletas  camas, ropa, y más silencio. Empezó a correr, tan fuerte que hizo las quince cuadras desde su casa al centro en muy poco tiempo.  En el trote, puertas abiertas, desorden, su mente se centró en un solo objetivo, escapar de ese lugar. La plaza del pueblo, estaba destrozada por donde se la mire, los vidrios de los negocios estaban rotos

Sed y no puedo...

Sed  y no puedo beber la mañana  de agosto como tantas veces.  Boca reseca  que se parte en mil pedazos como la escarcha, cuando el sol  asoma la ceja por aquí. El impulso del día pinta el coraje en la piel, aunque las preguntas tejen las nubes del día sin saber por qué. La sombra vestida con trapos del pasado, se arrastra buscando una gota de oscuridad, ya no le queda inocencia al pasado ya no hay piel donde una vez estuvo la herida. Lejos observo como la noche  muere, y con ella  muere un poco el alma también; aunque se pueda seguir sin un norte aunque ya no estés en mi piel.

Pensando en ella...

Vienes  sin prisa buscando el infinito,  pero nena mis labios no pueden mas. De pronto tu corazón dibuja una estrella de alquitrán pero mis manos no la pueden tocar. Todo, todo se esfuma por el rumbo  que la vida nunca soñó. Si me ves llorar déjame, las lágrimas sirven  para esconder el dolor aunque tu y yo sabemos que no es cierto,  aunque las caricias duren una noche,  aunque en el éxtasis supremo de nuestros cuerpos,  yo seguiré pensando en ella; y tú en conquistarme

Busquemos lo imposible...

Lo posible aburre,  hiere de muerte a la conciencia me voy a lo imposible a la utopía,  aunque baje los brazos se que vendrás  a despertarme de la siesta. Lo imposible está en el viento en el aroma a "se puede" que impregna las calles cada mañana, me aburren los aburridos  cansan las respuestas monocordes. Quiero vivir este día pesando en crear un futuro mejor, para los amigos los enemigos para los que quiero,  los que detesto. Basta de reinos  de papiros de inconcientes  que se disfrazan de sabios Busquemos lo imposible,  aunque perdamos la vida en el intento.