Ruedo...
Ruedo con mucha prisa la calle es una desesperación, lo será para siempre; una nube venenosa cubre el presente. No hay mucho para ver, el tesoro se deshace en la mano las luces besan la oscuridad sin dejarla respirar, siglos pasaron, permanecen las lágrimas. Máscaras por doquier, susurros vengadores, junio devoró mayo el creador vomita a escondidas su propio proyecto. Mi propia voz llama, ronca, desganada por la soberbia vine a dar una sola vuelta al mundo, ahora ni la pena está para morder...