Nada es mejor a veces ...
Aún siento su voz sobrevolando cada una de las cicatrices. Lloro en soledad, le dejo todos los días al mundo una sonrisa. En la pared baila tu silueta y la punta de tu pelo llega atrapar la primer lágrima. Respiro suavemente, nada es mejor a algo a veces. Hay un silencio ensordecedor después de cada jornada en casa. Bebo cada noche tus promesas, ambos sabemos que nunca fui bueno para ti. Mientras el frío pinta las estrellas, ya dejamos de mirarnos a la cara con la soledad. Podríamos mentirnos, no sabemos hasta cuando, el consuelo es encontrarte de vez en cuando y ver qué eres felíz. Soy yo el que no aprendió a sufrir.