Luces y Sombras.

Vida huérfana de verbos, versos plagados de adjetivos, boca que vive sustantivando merece reproche de la locura. Entre abismos, navega un espacio sostenido por tréboles anémicos de fábulas, bordado por colchones de espinas. Entre cruces de sal, escaleras que llevan a cuevas inertes habita tu piel, fortuna etérea para los mortales. Me quedo en vos con la certeza de ser yo y no otro. Me quedo en vos sin matar a la primavera que simplifica el interior.

Llora la mañana, su lado azul perplejo tropieza con la ventana, una gota rompe el lazo para dibujar una maravilla. Mientras las demás van en cascada quién sabe, si al olvido o la memoria. Todos los caminos, llevan a los mismos caminos. Tu mar no puede rugir en lamentos; la fantasía duerme irritable en la gota que dibuja un camino en el cristal. Mientras el mundo navega en un océano abstemio de ecos la epifanía golpea en las puertas del milagro. En un silencio saturado de luces hasta el fracaso vomita su ética.

El costado azul de la memoria subido en los hombros, a veces el caparazón parece resquebrajarse pero solo es una ficción del pasado, desgarbado e imprudente.  El costado negro no sacrifica un ápice de su fuerza, ni siquiera bebe del tiempo la luz solo emite latidos imperceptibles colores estropeados para un arcoiris.  El costado blanco profesa una pulcritud retorcida, envuelve discursos,  metamorfosea metas en ríos profundos. Adepto a un poder ilusorio... Entre tantos caprichos posmodernos la filosofía transita desafilada. No necesitamos escudos para sentir, el tiempo es el único antídoto entre dos silencios.

En pleno uso de mis supuestas facultades, antes de dar vuelta la llave oxidada, declaro solemnemente, mi desprecio por el sectarismo. He visto a los extremos suicidarse varias veces, a la soberbia desarmar a las personas,  la burgesia espiritual no se cansa nunca de agraviar al penitente? Cuántos crímenes cometen los ismos en mi nombre... Empalaga ver tanta palabra sin acción, somos el boceto sucio y desprolijo  de un creador que no se cansa de subastar promesas. Quiero otra cosa antes de la nada... No hay medio en ningún camino, hay trazos injustos del hombre. Hay bordes sombríos en cada historia que solo una revolución puede encender; la de la hormiga...

Tu boca la tapa el eco de tu bestia interior escuchas voces,  algunas del pasado, otras del presente. La transpiración parece ahogar tus ganas,  te cuesta respirar, las piernas no dan mas cuatro, cinco, siete, diez  o mas kilómetros  caben en cuarenta y dos. Aspirar utopías, exhalar agonía, tomar de la vida su cosmos para reprimir del interior su ocaso. Las piernas tiemblan,  las manos cansadas intentan ser espadas para herir al viento.  A veces lo logras, otras no. No frenes,  No te detengas.  No haces esto para renunciar al primer paso,  no dejés que el "No puedo anestesie" tus metas. Ya sabes como es esto,  cuando cruzas una meta no hace más que empezar otra carrera. Por qué corro? Corro para vivir mi libertad entre esos dos silencios que nadie quiere.

Infinitas oportunidades para un mismo tiempo, navegar entre bocas secas oídos asqueados del concierto de una parva de fantasmas. Carcajadas de cartón. Noctámbulos de un enjambre de sirenas, luces boqueando promesas en el intermitente bulevar de los misterios. Siente luego existe. En el suspiro, la rebeldía firma consenso con la calma. Borrar puntos cardinales para brillar con el sur adentro. Esa es la misión inevitable. Las horas no vuelven, el tiempo corre nunca camina. Escupe las cruces, en cada paso hay un millón de oportunidades para ser feliz.

Musitar entre el cielo y el infierno, exclamar entre el dolor y  la risa Todo sea por un sueño, o unos cuantos. Cinco pasos. Los escudos son innecesarios si la sonrisa es lo primero. Naufragar, enfrentarse al miedo la esperanza es la que construye puentes para volar sobre el mar. La caterva boquea, el viento limpia sin remordimiento. Morir de pie por amor no en nombre de nadie.

En el reposo desbocado, pienso existir. Para navegar en un río sosegado hace falta una osadía surrealista. Telarañas tejidas por bocas rancias, esquivar las horas vivir como nos place ese eco entre dos nadas. Cada piedra es una oportunidad, la nada es una cruz insoportable que no merece ser cargada. Los fantasmas se ahogan con fantasías. Alguien revoca las paredes envejecidas, al mismo tiempo se escuchan los tambores, ladrido insoportable para la perorata. Bienvenidos los que son capaces de transformar el dolor en oportunidad.

Al lobo, nunca le preguntaron si quiso ser lobo, al cordero lo veneran, pero en el fondo ama como lobo no como cordero. La ficción, su complicidad sustantiva; La vida es tan arbitraria que adjetiva en segundos. Quién carajos conjuga el verbo amar, hasta dejarlo en trozos negros y blancos. El lucro más impecable de la mentira es fingir en los labios de la verdad.

Cuando llega la mañana  a los pies el viento parece que roza la cara, abrir los ojos nubes dibujadas en la ventana. En el recodo de la huella las primeras palabras nacen como semillas, un tibio balbuceo de la locura despierta a un ejercito de almas dormidas. En plena calle la comparsa muda ya no desconcierta con su perorata, una mañana más para todos los cualquiera que dan vueltas sin saber por qué. Mirar, sonreír, seguir.  Ser de lo que buscan y no esperan aunque ese viaje sea en los oscuros paisajes de nuestro interior.

Si hasta el silencio tiene metas, si hasta la piedra sueña con rodar para ser algo más, lo único que calma el dolor es la utopía. Todo mortal necesita esperanza, pero hasta la esperanza necesita respirar. Entre charcos, la riqueza desata su penuria. El alma no es mas que un silencio de la vida, un soplo que tiene en su corazón la ignorancia, una virtud poco conocida... Esa encrucijada entre dos nadas, ese juego que mueve piezas, esa extraña sensación que sienten algunos, vida no es lo mismo que vivir.

En vez de dar vueltas por el lazo del verdugo caló su redención en la última estrella, tan difusa ante todos  brillante ante sus ojos. El tiempo resistirá hasta que el amor propio lo deje. Suelta tu propia historia para que pueda rugir contra el misterio. La cobardía es una sirena rencorosa, protege un puente hambriento de promesas. Los que buscan la retorcida perfección viven juntando hojas pálidas de la calle. La certeza nunca llega, los que viven simplifican el interior única herramienta para dar varias vueltas al sol antes que la oscuridad lo note. 

Todavía respira,  olvidaron que detrás de la agonía de la noche aguarda un fresco amanecer. Que en el fondo del mar  está la calma inalcanzable en la superficie, y la resaca es un estado innecesariamente encantador. Todavía grita, aunque sea un eco tapado hasta la cabeza, o un silbido a escondidas del presente. Todavía camina, se atreve a surcar senderos inimaginables remediar problemas absurdos de la mente  por que sonríe, y eso jode, jode a los que nunca abrieron la boca.