Era correr...
Calles desafiantes, brotan flores del cemento. caricias vacías en la esquina cruel, justo cuando nace el túnel que a punta de facones famélicos se va disgregando. Cada tanto hay sombra, ahí, los especialistas, se confiesan conspicuos perdedores. La tinta se opone a la palabra La esquelética figura llega a los ojos, aun luce imponente la ciudad que no duerme. Lo grandioso no es osado, la historia da pasos gigantes al miedo. Algunos se sientan en el cordón de la avenida y piden prestado a gritos un corazón. Era correr o ser anestesiado por la vanidad. Siete mil metros emanciparon a un ejercito de tres mil hombres de su infierno.