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Mostrando entradas de julio, 2021

Era tan hermoso para ser cierto. (Canción?)

Era tan hermoso  para ser cierto, yo buscaba abriles  en pleno invierno. Pronto llegarán  las cenizas del adiós, se llevarán todos los misterios y está canción. Una soledad que no tiene precio, era un deseo en una tormenta, pronto sonarán las campanas del adiós  y se llevará en sus sonidos  ésta canción. Era tan hermoso para ser cierto, que será del tiempo que va a destiempo, pronto llegarán  el silencio y el dolor  para buscarte en un suspiro y ésta canción...

Tus alas...

Yo, se que soy cuando tus alas me cubren de la tormenta. Se que vos sos, cuando dejó la ventana abierta para que te vayas cuando quieras, para que vuelvas cuando puedas. No quiero del amor más que el mar  cuando envuelve las olas; ni más custodia que la luna. De la vida no quiero más libertad  que dormir en tus brazos, escuchar tus latidos para encontrar la calma.

En cada nube...

En cada nube hay un ensayo de la locura, un símbolo como armadura para traspasar la decadencia y dejar huellas, inalcanzables para la cordura. Escalones de seda, metamorfosis de un silencio que supo ser fuego, escondido en ese acordé para no morir nunca. En cada nube hay un tablero mágico, con jugadores de carne y hueso, sin artimañas, sin hogar más que el vacío. El cuento es el mismo, no hace falta cerrar los ojos para poder flotar.

Todos construyen relatos.

Todos construyen relatos, el político,  el vecino, el facho, el zurdo, el pobre, el rico, los medios, el que está detrás del mostrador, el que va a comprar. El empresario, El empleado, todos construyen relatos. La pregunta no es quién  ni cómo,  son adornos. La respuesta es si ese relato  piensa en el otro,  si en vez de pisar la semilla, la riega todos los días  para que sea una flor, en medio de tanto pantano.

Vueltas.

 Vueltas y más vueltas. Nacemos del mar, damos vueltas para volver a él. Vueltas y más vueltas, para besarnos otra vez, para dejarte de mirar, para no verte nunca más. Vueltas y más vueltas. No podemos detener el tiempo, nos adelantamos demasiado, llegamos primero, antes del sol, antes de la luna, damos vueltas y más vueltas. Idea,  concepto, abstracción hasta encontrar la llave, giros de la mente  va y viene, su siesta son las horas  que nunca terminaron de parir. Vueltas, giros, regresos, virajes, la vida es un espiral de instantes  que se apaga en los pies de la eternidad. Vueltas, defecto o virtud de la existencia? Vueltas,  esa cíclica manera de definir la nada...

Otras

Otras cruces  se cuelgan de mí cruz, otras voces llegan a mí boca  teoría del infinito. Estallan granadas de tinta, las escuchamos cerca, explotan adentro. El daño verdadero nunca se ve. Es un capricho del creador dibujar espirales de silencio, cómo si fueran serpientes para afixiar el instante. Sueños rebeldes, ser  un árbol más del bosque que en medio de la niebla, alumbra cómo farol  cómo un barco llegando a su destino,  para después cerrar los ojos.

Borrachera.

Yo bebí del farol  su luz infinita, para vomitar escamas  de una calle húmeda. Parado,  mirando fijamente, el cielo puede ser la lona;  el suelo las estrellas que se apagan. Un par de besos vuelven a la memoria, mientras tambaleante  antes de caer, volaban las hojas como responso. Una flor, en la hendidura de la noche. Los pétalos eran recuerdos, de un adiós que nunca es para siempre.

Era

 Ahí está, en un primerísimo primer plano. La fruta podrida se excibe cómo un trofeo. Hay brazos que quisieran ser planta para tocarlo. Algunos construyen escalones de rótulos parcos,  pero ahí está, inalcanzable. De su mar  vienen olas de serpientes, el cielo tiene anclas  las alas no se atreven a volar. Las hormigas agitan su cansancio, las flores insultan en DO. Es el final de una era, otros sumarán momentos para unirlos en la eternidad.

Cementerio.

Eran cruces, rodeadas de árboles, estrellas que parpadeaban eso quedó del carnaval. Lombrices hambrientas, arrastraban su vida  en la tierra no crecieron las promesas, fueron parte del polvo. El bullicio se alejo de a poco, otras cruces empezaron por triturar los recuerdos. La melancolía las miró a todas, sacó su guitarra y empezó a cantar. "Aquí no todo es templanza, los fantasmas agitan su desconfianza, el amanecer o la noche da igual, la miseria sigue al hombre hasta el polvo"

Mucho por caminar.

Mucho por caminar, queda cielo por pintar, hay un río que pasar una montaña que escalar. Los fantasmas no se visten mas de blanco, prefieren el gris, labios violáceos para el espectáculo la soledad no lleva abrigo. Si contara los segundos que perdí  tendría una eternidad a mi favor. Vomito el té de las cinco, antes de que caiga la noche. Queda mucho por vivir, paredes que pintar, solo hay que abrir los brazos  en tu alma habita la eternidad.