Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2013

Tumbos...

Desperté daba tumbos en la cama las sábanas se pegaban al cuerpo como se pega la resaca. Trataba de no abrir los ojos no quería nada de la realidad, quise seguir con el sueño pero el tiempo no me dejaba. Las paredes apretaban el ruido latía mas fuerte, en la parte donde  no llegaba el sol con sus garras. Boca reseca, cabeza partida por mil lados, abrí los ojos ahí estabas riéndote  tan fuerte alguno te escuchó lejos de enojarme me reí con vos caí rendido tu cuerpo,  flotaba al calor del verano piel blanca pelo suelto locura de besar tu cuerpo mientras la mañana busca con locura el anochecer. Viniste a buscar un beso  y en tus ojos tristes, sin piedad te llevaste el alma...

Cenizas...

Las cenizas no desaparecen al ritmo  del viento, están ahí pegadas a la memoria , cada recuerdo me invita a conversar con tu sombra. Te busqué mil veces nunca pude encontrarte, una vez esos ojos posaron en mi su tristeza mi cielo se quedó  sin estrellas. Te amé como pude con este corazón de poeta con estas venas que gritaron rebeldía, con estos labios  lastimados por tu indiferencia. Viniste a mis brazos una vez te fuiste al amanecer, veo tu cuerpo marcharse para nunca más volver. A mi boca le queda el sabor de tu cuerpo a mi locura  le queda tu voz...

Parecido a mí...

Mundo caos interno debilidad de dioses y pordioseros. Destino enhebrado por el soplo  de  aquellos que se dicen perfectos. Desquite frente a la vida tomo lo que es mio también lo que no lo es bebo sangre de la herida, el muerto ya no sigue en pie. Las lágrimas son para el aplauso la lástima es el vuelto  que nos dan aquellos que son iguales a mí. Hablan murmuran lo escriben, piden paz cuando en el fondo quieren guerra. Nos hacen creer que es el camino al final estará el oasis donde beberemos hasta saciar nuestro mayor defecto,  la indiferencia. Piden paz desde las sombras para que nadie vea cuando clavan una puñalada. Esos asustan, lastiman hieren el alma por que acusan tener una. Es difícil esquivar las piedras cansa tropezar y levantarse, hiere la indiferencia mata a la conciencia saber que aquel que viene con un puñal es parecido a mí.

Ven al lugar

En las noches de luna llena se ocultan  las cicatrices del tiempo. Saltan las lágrimas se pierden en ese trago  que la soledad  deja beber. Un baile se desata al costado de la fogata cada acorde lleva a un grito de libertad; explotan las venas no importa el mañana. Ven al lugar  donde el corazón  brilla sin la cabeza, el bosque entierra tan profundo la pena que no se escucha tristeza. Un violín, un piano, una guitarra la música nace  al compás del cuerpo. Ven  al lugar donde cada estela  que deja el fuego es una historia que merece ser saciada por la locura interior. Que el fuego no se apague nunca tampoco la música ven al lugar donde mueren las penas, al lugar donde tan solo eres tú.

Qué hacer...

Qué hacer cuando los sueños son prisioneros de la luz de la luna. La ilusión carece de marco como la poesía, el corazón sigue helado al compás del verano. Ven, llévame contigo al oasis  donde tu voz saciará   el desencanto de los héroes sin gloria. Espíritu carne de bastardos, vida que posa al sol en la última rama seca del árbol que un día me vio escribir su nombre sin que nadie lo sepa. Ahora veo al mundo consumirse en la violencia de las palabras, en el caos de la autosuficiencia. Tu futuro caminó sin prisa el mio se detuvo después del adiós...

Sin pena...

En este cambalache canto sin pena pero también sin gloria, la luz del fósforo  se apaga como la ilusión en la esquina del bar donde siempre se habla de muerte. Al alma  la hieren los pétalos negros de la flor  que nunca se fue. El adiós está tan lejos que no lo alcanza  ni la voz. La locura golpea  contra la mesa de un bar una sola vez la música late al  compás de esos ojos tristes que no se van de la cabeza. Séptimo whisky, la mente te fue a buscar el cuerpo no existe si alguién lo busca que persiga al alma; un ángel  se apiadó besó su herida, eso basta  para abrazar la locura...

Torpe...

Te azotan  los astros  con su memoria frágil,  un cachetazo al centro del tiempo, un baile sin pausa para un mundo  que tiene  tanta sed de vencer. Parado  en la sombra  del último trago  no hay amigos para las lágrimas, todavía brota sangre después de la insolencia, nadie sabe por qué. Torpe! grita el silencio desde la otra esquina. Lo que queda de la noche transa con la mañana  se esconde    para volver cuando duerma el atardecer. Blasfemias adornadas con fe la soledad devora el alma luego eructa  un recuerdo  resulta que eso es suficiente para volver a empezar. Engañar al alma con pequeños jirones de felicidad mientras las estrellas pestañean el hombre oculta su paraíso interno para que nadie sepa cuanto puede brillar.

La mañana...

La mañana tiene aroma a café se impregna  en las calles de la ciudad, ese olor a pelo mojado llega hasta las venas te hace delirar. El viento  gira da tumbos sobre las ramas, la hoja rebelde huye de la primavera para ahogarse en ese charco  que el sol no se puede llevar. Los pájaros  dan un concierto distinto a cada hora; dichosos los despiertos, los que no se pierden nada los que no bostezan aquellos viajeros que se olvidaron del cuerpo y transitan la mañana con el alma...

Muerte...

Muerte destino superfluo del hombre, bocanada de aire para los traidores, espanto para los que quieren dejarlo todo. Una lágrima brota del silencio, la humanidad sigue sumisa al sistema, algunos no quisiéramos  sentirnos tan perdedores. La vida apagó el grito, ni en las entrañas encontramos una gota de voz para balbucear nuestra miseria, al mundo hace rato que se le rompió la cuerda flota en ese misterio de dioses sin resolver. Explotan; las rosas en primavera las calles en verano,  las excusas las promesas el delirio de ser quien no somos, el cuento que todos los días  fabrica el hombre sobre su autosuficiencia. Muerte camino sin regreso la maldita bestia me lleva de la mano a tus brazos, el viento empuja al alma  al borde del abismo. Sueños de bordar un par de alas para irse lejos allá  donde los perdedores tejen su propia utopía en la siesta que todos duermen.

Ultima gota...

Derrotados, última prosa  de la sombra. Ultima  gota que le queda a la esperanza, aún así nuestra pequeñez no es capaz de brillar por si sola. Un cielo azul historia jamás contada, fuerzas que subyacen en la mente no en las palabras. Benditos perdedores de un dios que solamente existe para desatar su furia. El fracaso bordó el cielo  con promesas, para que luego el hombre devore toda sus lágrimas. El pecado viene sigiloso al encuentro, dios le quitó la voz para que no hablara, se llevó mi fe ni siquiera me dejó las lágrimas.

DESEO.......

Deseo que seas feliz,  que puedas realizar todo lo propuesto en esta vida,   que nunca se te borre  esa sonrisa,  al tiempo le pido que nunca se enquiste en tus ojos. Deseo  que las lágrimas  sean para mí, no para vos; al camino le pido  todas las piedras las mías  las tuyas, sabes a veces la luz de la luna ilumina todo el dolor. Deseo que algún día te acuerdes cuánto te amé; lo hago en silencio  sin nombrarte por que no  puedo hacerlo  de otra manera. Deseo que algún día  tengas corazón para que sepas lo que es latir por otra persona.

Hombre-Mundo.

Harto de veloces rapiñas que picotean el corazón. Cansado de hablar , hablar para que nadie te escuche todo el dolor que tengo y el corazón  que se fue a dar vueltas en la esquina donde mueren las palabras. Van por la misma huella el que saca un pie muere, la barbarie es la normalidad con la que muchos asustan, la rebeldía dejó el barro  se ensucia en oro. La soberbia chapotea  en los charcos del más desposeído; están los que piden una mano  los que devuelven espinas, los que regalan una sonrisa los que reciben una cachetada, los que miran al cielo y no encuentran absolutamente nada. El mundo se cansó del hombre, de seguirlo para sacarle la miseria de custodiarlo para que no se quemen las venas. El hombre se cansó del mundo se pudrió de secar tantas lágrimas.

Bailaba con su ausencia

Bailaba con su ausencia con la sombra de lo que dejó el último beso;  con la lágrima de un maldito por qué sin responder. Soñaba con su cuerpo al compás de la noche la luz de la luna  dibujaba su sonrisa al lado de la calle, sus gemidos bordaban el pasto con la llovizna sus manos acariciaban  la poca fe que le quedó al hombre. Le ofreció sus manos al viento de la noche  que golpeaba el árbol de su casa, mientras la lluvia lavaba  la acera, llevándose las hojas, la mugre pero dejando las heridas.

No me acostumbro a perder.

Nací de las entrañas del olvido de las cenizas olvidadas de la tierra soy un suspiro del viento el eco del grito  que una vez hizo el hombre. Hecho de carne blanda de suspiros desmedidos de lágrimas que no cesan de postales que fracasan  en los versos. Vengo de la calle mas alejada de la utopía esa  que tiene venas pero no sangre, ese lugar que respira envenena los pulmones. Camino dos pasos caigo, me levanto diez más atrás. Soy la letanía de dios, el fracaso del diablo, el pétalo marchito de la flor  que no tocó el amor. Aun así, al perder todos los días como pierde la luna al no ver la mueca del sol, soy un ser humano poco sensible a la barbarie, aunque lo imposible suene en mi cabeza todavía no me acostumbro a perder.

...Tantos fantasmas...

Tantos fantasmas sueños truncados de una devoción infinita, el mar es tan inmenso pero no puede abrazar la soledad del alma. Las huellas en la arena se pierden sin prisa, sin pausa. Un corazón de oro que se apaga las venas se oxidan como se oxidan las lágrimas. Desearía ser un suspiro para morir en el viento, pero el misterio  hizo que sea un penitente, ciego para ver duro para sentir, hay una calle solitaria,  sin vida para mí? Esa es la calle donde mis lágrimas  irán a morir,  para renacer nuevamente en esos fantasmas que rozan con sus dagas las cada vez más débiles paredes del corazón.

Causa Perdida...

Una pizca del sol de noviembre cubrió el suspiro profundo de una sinfonía en do. Versos esparcidos en las alas del árbol que murió en la primera. Una hoja oxidada cae al compás del corazón, lo demás son  rocas  en las que una vez una lágrima escribió lo que no pudo un escritor. El camino a casa va por la silueta que deja la luna en cada una de las calles en las que una vez latió el amor, la puerta entreabierta me invita a creer que estuviste  y no dejaste tu estela para que la devore mi conciencia. Así son los días en la ciudad una naufragio constante de la memoria, las mil  historias de lo grotesca que puede ser la carne cuando abraza una causa perdida.