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Mostrando entradas de octubre, 2017

Vuelo rasante.

Un vuelo rasante. Un costado azul bañando el cabello gastado de una princesa. Un mendigo alza la vista y por primera vez descubre una estrella entre tantas luces cegadoras de la ciudad. Nadie se da cuenta, pero en una noche blanca como la luna, alguien descubre que su vida no era su vida, empezar de nuevo es posible, deja sus zapatos al costado del hogar, camina descalzo entre la multitud esperando que sus pasos reconcilien al amor y la belleza. Las alas parecen congelarse al querer confesarse con un pastor que en el fondo  es ateo. Se pierde de vista, aunque deja una esquirla para el pasado. La paz llega con el amor propio, espada de todo hombre amable.

Ataduras.

Ni las ataduras al pasado, ni la benevolencia del presente. Adelante, acompañando al tiempo como una canción que terminará o el latido de un viento devenido a una lágrima nacida de la paz de un par de ojos cansados, pero satisfechos de tanta lucha. Ya gritamos lo que teníamos que gritar, nuestro camino es el destino de las almas bañadas de rebeldía. Si somos capaces de odiar somos capaces de amar en consecuencia. Lloré,  regué la tierra con promesas, insulté en todas las lenguas posibles, impuse ideas en vez de liberar utopías. Ahora el silencio habla... Aunque el mundo camina al precipicio, nunca detendrá mi sonrisa.

Adusta.

Prosa endeble de un atardecer sin marca, letra timida encerrada en un alma. Quién asegura que la vida misma no es mas que una ficción escrita de muy mala gana? Y de esa noche, a la vida no le quedó mas pausas. Tuvo que tambalear entre abismos grises, entre esquirlas de colores mal llamada arcoiris. En un soplo profundo fue a golpear las puertas de sus sueños, Sintió que sus lágrimas flotaban en la nebulosa. Solo ahí entendió que la vida no cabe en un segundo, aunque a veces tengamos un segundo para definir nuestras vidas. Golpean los tambores los ejércitos, se escucha desde lejos la patriada, a veces uno mismo viene gritando desde lejos, para ahuyentar los fantasmas que una vez entraron por la parte mas adusta de la inocencia.

Me quedo en vos.

Llega hasta ahí como el primer botón que la luna se desprende  para que el sol bese sus montañas. Después ir más allá, por que el más acá aburre tanto que los bostezos despiertan odios en vez de frenesí. Dar la vuelta al mundo en tu piel, sentir que en cada beso,  las almas se toman de la mano antes de caer. Lloramos tanto, pero no conseguimos limpiarnos. Sonreímos para vivir  en un mundo que nos quiere tristes y opacos. Me quedo en vos, es inútil dar la vuelta al mundo sino me llevan tus labios.

Tus latidos.

Cómo piensas dibujar una sonrisa en el arcoiris si no dejas que la lluvia lave tu cara. No eres hijo del dolor, ni soberano del agudo sufrimiento humano. Baila, ríe. La herida nunca dejará tus sentidos pero al menos, valdrá la pena ser polvo para morir en el aire. Navegamos, entre luces y sombras, entre cielos e infiernos, entre amores y odios. Ese momento será sublime, sonreirán las estrellas,  la tierra acompañará tus pasos, es hora de hacer silencio, necesitas escuchar tus latidos.

Barcos de papel.

Vuela, Como la esquirla de un concierto Que posa en la mañana su nota mas profunda, Justo antes de abrir los ojos. El aroma a café impregna las calles, Los bostezos,  Los ruidos de una ciudad Que en la madrugada quiso desprenderse de su piel. Todo eso lleva a un lado azul, punto de partida para dar la vuelta al mundo; el tiempo pinta sus labios para dejar su marca en cada uno de nosotros. Verás a la luna caminar descalza entre la gente,  A la brisa bendecir los corazones destrozados, Al tiempo fabricar barcos de papel Para que viajen directo a tus labios.