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Mostrando entradas de agosto, 2018

Una tarde cualquiera

Miro por la ventana, el viento rezonga y empuja las hojas, los autos rugen de más y la tv no tiene nada para decir. A veces sin pensarlo, brota de la tarde un abrazo como un exilio de la locura. Las estrellas están desesperadas por salir de mi boca. Escucho a la barbarie suplicarle a la vida, a los necios esconder en otros sus mezquindades. Huyo de los que gritan PAZ, por que en el fondo aman la guerra. El sistema está famélico de amor, nadie se da cuenta. Por seguir los mismos caminos, las almas nunca sabrán lo que vale la pena...

Las formas...

Deseo las formas del misterio, su piel tostada al sol del invierno. Para sonreír en el arcoiris fue necesario estar preso en la tormenta. Alguien vino antes a sembrar su historia en mi viñedo? La zona de miserias coce su lado gris, Mientras las manecillas giran sin prisa riéndose de su propia materia. El mundo está unido por cicatrices, bostezos monocordes que nutren las hojas, nadie tiene sed sin embargo, todos andan con la boca reseca. Son mías las intrínsecas locuras del momento, duermo la maldad en el capítulo más viejo. Los estantes son suspiros, mi alma es un verso dispuesto a volar.

Paraíso interno.

En marcha la desazón,  la pena, el llanto. La imaginación de cartón, suplica un poco de amor. Los mitos en la calle piden una moneda, ofrecen su cuerpo al mejor postor.  Ves al humano bailar desnudo bajo la lluvia? Las lágrimas no conmueven al tiempo, el gran simulador lucha por ser real en el mundo donde triunfan los inventos.  A dónde están los acordes, para crear una música que conmueva latitudes y sepulte fantasmas? Tan cerca que nunca dejas de escucharlos, tan fuerte que solo hace falta silencio para poder encontrarlos.

Grito...

Decretó silencio, incluso para las palabras. La poesía era una caricia de las estrellas a la tierra devastada. Paz para las mentiras, mientras el destino intenta volar. La sabiduría es el pecado de la ignorancia, en la oscuridad el hombre abre su corazón mas de la cuenta. Hay quienes robaron su propia inocencia, la ocultaron a lo ancho de su propia historia. A lo largo, impregnaron el miedo a ser mejores. Ningún salvador dejaría de intentarlo. El cinismo de algunos, es el hambre del resto. Lucha, en cada grito habita un arcoíris.

La jungla...

La jungla tiene sus estrellas, se atonta la vista al querer contarlas, Esta noche, en su estado precoz, Balbucea para despertar a los fantasmas. Mientras tanto las carrozas avanzan en el camino. Vistosas, vulgares algunas pasan desapercibidas. Una verdad mata a la otra, atrás, donde florecen los tulipanes, una canción de protesta negocia perpetuidad, aunque a los ojos del hombre, nada es para siempre. Caigo, con estilo, en un silencio sumiso para no compadrear ni siquiera al aire. La jungla de cemento tiene su esplendor en la oscuridad, un secreto que en el fondo saben todos, pero que no grita nadie.