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Mostrando entradas de marzo, 2018

Canción de hoy...

No quiero quedarme acá solo quiero volar, en la tierra no hay consuelo hay tanta hostilidad. Voy silbando mi canción buscando las alas que alguien robó. Vivir es volar, disfrazarse de nube para ganarle al dolor. Tantas veces lloré, otras tantas caminé sin levantar la cabeza. Ahora me río de lo que fui, nunca subestimes a tu bestia. Sabes? El silencio cura todas las heridas, aunque primero tienes que gritar, tan fuerte que a tus fantasmas no le quede mas remedio que callarse la boca.

Todos necesitamos las manos de alguien para frenar la lluvia.

No eres el único que enfrenta fantasmas con la piel, ni amaneceres con lágrimas. Todos necesitamos las manos de alguien para frenar la lluvia. Entre tanta rabia colectiva, entre muros construidos y que no se ven, cierro los ojos y te veo. Todos necesitamos las manos de alguien para frenar la lluvia. El cielo no concede ningún regalo. El cuento no conserva ninguna parte que valga la pena, si a la historia la cubre el mar, todos necesitamos las manos de alguien para frenar la lluvia. Llévate los latidos, el cielo no concede más regalos. La única razón que pesa, es la que ves a través de mis recuerdos. Ya lo sabes, todos necesitamos las manos de alguien para frenar la lluvia.

Mujer...

La simpleza, una locura enaltecedora, disfrazada de sonrisa, ahí, uniendo con las manos un mundo trunco, cansado de ser bastardeado. A la tarde se le agotaron los trucos, Ninguno puede quitarle la vista a sus pasos, a su amor propio que consume el deseo de toda batalla. Incluso la sorpresa está rendida, ya no es el espasmo que era antes, pide demasiados gestos a una modernidad presumida, intolerante. ...Y su cuerpo es un fuego que crece sin compases, con una melodía indescifrable. Amo su lucha que tiñe con pasión todas calles...

Simples rosas...

Entre simples rosas las espinas van tejiendo una historia, como una pintura, un atardecer que dejó al costado sus alas. Sopla sin la ayuda del viento, como un sacrificio singular en una pluralidad sin identidad. Cierra los ojos y mira su propio mundo. Cuántas veces vino la lluvia a coquetear sin palabras en un zaguán oscuro, buscando ser un buen recuerdo. Nace tantas veces le parece una ironía morir, pero deja gotas para seguirla hasta la punta de la cama...

Paz de cristal...

Llévame en tus alas cuando mi corazón no de mas, entre mis cuerdas hay un puente adornado con flores. Cruza mi decadencia, trae luz a una oscuridad sin precedentes. Una historia, merece volar a donde quiera. Mientras mis pensamientos descansa en tu utopía, tu boca pinta junto a la luna un millón de estrellas. La paz habita en tus brazos que aún de cristal, muestran la fortaleza ante el más fuerte de los vientos. Quédate en mis latidos, la cabeza y el corazón no están en guerra gracias a tu sonrisa.