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Mostrando entradas de diciembre, 2016

Levedad...

Con levedad  nunca escaparás de la sombra, todos conocen el final; el tiempo gasta su oferta diciendo que los días mas felices no volverán. Te preocupa parecer, te olvidaste de sentir podrías volver a empezar si es que quisieras seguir. La búsqueda insaciable por creer, la infame voz de un creador  que castiga la libertad de pensar, todavía el sistema no le encontró precio a los sueños. Cerrar los ojos con la única pretensión de alcanzar el infinito, abrir el alma, para que el silencio  germine en un suelo estéril de amor.

Soberbia...

Rueda mágicamente por las estrellas del cielo, sin pensar que lo malo está tan bien hecho sin saber si las bocas siguen rubricando con soberbia el sonido de las palabras. Esa manía de sonreír en la tormenta, volar con los pies en el suelo; la mente no siempre lleva doble filo, a veces trae el aroma de una flor. Las venas tienen un río salvaje, los pulmones contienen un aire renovado y los brazos, dejaron de ser tentáculos, para ser una pasión inmortal. Ya no esquiva el amanecer aunque resulte molesto  casi como una puntada al centro del alma, la soberbia con las que las manecillas escupen la fe. 

Hielo...

Mas veo, menos sé. Cierro los ojos oigo tu voz, un pétalo dulce en un mar salado. El cielo tiene el mismo sabor que el infierno, entre nubes parlotea la estupidez mientras el hombre, mutila con sus garras a las estrellas.  Confundido, perdido,  el juego en si mismo es una multiplicación de la barbarie. La vida no habla con  eufemismos, ni escribe con sangre, nadie entiende que a través del amor el fuego oprime el hielo que habita en el alma.

Tardanza...

La tardanza del suspiro en nacer, como el de la bocanada en llegar al sol cada instante es singular en la pluralidad que invoca la vida. Aromas que florecen en besos,  latitudes que vuelcan su cansancio en llanuras fantasmas. El agudo momento cuando pierde la razón, devora sus recuerdos  y ríe hasta ahogarse en las fulgurantes estrellas. Todo silencio tiene su ocaso, en una esquina, en un zaguán en un bar o en la mismísima calle, allí  donde el alba besa la noche para hacerle creer al hombre que los instantes duran para siempre.

Cruces de fuego...

Dibuje cruces de fuego en mares inagotables, a la vista del hombre arden las tempestades. Incomparable, así son los días contenidos en las estrellas. Maquiavelicas, eran las tempestades del alma. El mundo no se compra con una moneda, las virtudes mueren cuando expira el alma. Dar vueltas en el infierno, para ensanchar los pulmones del cielo. Quién cayó lo sabe, quién sintió lastima de sí lo entiende, quién bebió agua del desierto no vuelve a ser el mismo de siempre.

Mariposa...

Contra el aire conspiran, tejiendo con espinas una cerrazón fulminante en la punta de la lengua. Logias.  Como granos de arenas ahogando una herida. El dolor permanece si se lo deja ser. El presente deja ir un futuro que solo despide olor a jazmín. Dar vueltas en círculos no puede ser el destino de la humanidad. Sentirse vivo para eludir las nimiedades. Tener las alas heridas pero dispuestas, volar en contra del viento; ser el ave fénix pero no perder nunca la ternura de una mariposa.

Para siempre...

Iré surcando cielos, marcando estrellas en la tierra.  Dibujaré atardeceres naranjas en los lugares donde el gris teje su tiranía. Hoy es el futuro  tan encantador,  tan  heterogéneo como nadar en el mar que el desierto teje en silencio. Los miedos son como piedras que el hombre lanza lejos de sí; para ignorar a la bestia y sentir apetito por el infinito.. Para siempre,  es una gota llenando un vacío, para siempre dura lo que tengamos ganas que dure.

Robusta...

El espectáculo llega, vence y se va; como las piedras gastadas del destino, soltando historias. El hombre oculta su estupidez en la cerradura mística,  algunos bostezos  pueden mecerse infinitamente en el firmamento. Despreocupado, el principio mira como baila descaradamente el final. Descarnado ante una pluma siniestra famélica de amor, robusta de soberbia. Paginas amarillentas.  Algunas ensangrentadas por la verdad. Esa pantomima del olvido para perpetuarse en la fragilidad del hombre...

Para todos...

Que sea para todos los que podría ser para algunos. En ese afán de encontrarnos cada vez  nos estamos perdiendo. Maldita sean las escalas, las fechas que remontan a sabores añejos. No se cansan de ser el eco de un DO en un dos por cuatro? Si todo esta inventado que pasó con el amor? Algunos desatendieron los remos y se pusieron a rezar para ver si llegan a la orilla... Soñar era gratis, Hubo un tiempo en que la palabra libertad estaba en nuestra boca. Somos cada vez más histéricos y menos utópicos...

Una historia...

Decime al oído una historia, la que tengas a mano, cualquiera, al rigor se lo castiga con ingenio. Mi utopía necesita aire, triturar ese desatino llamado verdad. Un impostor, un bastardo impide soñar con un mundo mejor. Abrile la puerta al engaño para que se vaya el dolor, el éxito es una cuerda floja que el mundo colgó entre dos silencios para mí. Decime una historia, cualquiera, creo en el desparpajo de jugarse y vivir. Ya sé que todo gira para el mismo lado pero yo quiero ir a contramano de un cielo sin porvenir.