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Mostrando entradas de abril, 2020

Nubes de algodón...

Punto fijo.  Nubes de algodón. Quién dibuja jaulas en el cielo para los pájaros? Las gotas chocan contra el cemento quién sabe cuantas historias traen, cuántos amores, cuántos dolores. Soy esa gota, ese viaje de un lado al otro hasta llegar al misterio. Balance inexplicable del tiempo. Alguna vez, los por qué tuvieron su respuesta en tu boca, lejos del olvido...

Corso a contramano.

...Y ese corso a contramano tiene muchos indios pero todos quieren ser caciques. Y el cacique se olvida de la tribu, los otros indios que lo miran de reojo por que en realidad no lo quieren. Tienen la soberbia a flor de piel, y la miseria como vestimenta. Una música espantosa suena pero muchos creen que es la única. Así no se puede. Noches y días. Ese corso no reconoce, el tiempo,  la necesidad de la gente. Solo sabe que la libertad habita en la gente, pero muchos no lo saben. Espuma,  silbidos,  papelitos. Todo sirve para su fiesta. Algunos miran, otros bailan, algunos quieren irse otros no se animan, así tampoco se puede. Y ese corso a contramano,  tiene mas fundamentalistas que actores. Esa perorata anclada en el discurso, esa manía de usar al otro  para después doblegarlo, ese kiosco vende ilusiones para llenarse los bolsillos  o inflarse el poco amor propio que tienen. Ese corso piensa  que es el único espectác

Y este mundo...

Y este mundo tiene mil mundos, cada mundo tiene mil rincones y cada rincón un nudo atado, una caja de bombones. Este mar tiene miles de mares, cada mar tiene lágrimas, solo los que bailaron con la muerte pueden distinguirlas. El resto forma parte de un todo que no comprendo. Cada silencio tiene mil ruidos entrelazados, cada ruido es un paso más lejos, de la flor más hermosa de todas. No hay nadie que no ame su aroma pluscuamperfecto. Telaraña de relatos. Versos que llevan siempre a otros versos. Cada latido tiene mil antónimos, cada paso es un sinónimo de una poesía escrita por el misterio.

Soportar...

Soportar los puñales sin dueño, los golpes inacabables de los tambores de guerra. El silencio es un implacable asesino o el más apasionado aliado. Esos mares ingobernables son solo charco. El sol que habita en el presente, ha despojado del alma todo rencor. Un silbido de lo indiferente llega  a la punta del presente, para después dibujar en una nube todo lo que nunca será. La peste es un juego del cielo  y el infierno. Nadie gana y dura para siempre.

El amor se queda ahí...

Se queda ahí el amor, mirando desde la esquina. Mientras dos almas rotas buscan unir sus pedazos, debajo de una sábana atrás de ventana que nunca abrió sus ojos, por temor a que nadie fuera mirarla. Prende un cigarro y sonríe, quiere llenar de anillos la noche Inmaculada. Cerca hay dos sombras, detrás de la ventana. Juegan a ser infinitos, rompen con su gemidos la escarcha. Ese momento tiene hilos tejídos por el sigilo, para eso tuvo que citar a la ingenuidad y mimarla. La invitó a un trago, nunca aceptó detrás de la ventana había dos almas que prometieron jugar al amor, hasta el alba. Se queda ahí, taciturno, pensando que tendrá tiempo para hacer su jugada. A veces, el  amor no entiende que hay espíritus en los que ya no habita ningún mañana.

Melancolía de sábado por la noche.

Entiende, un corazón no late por que sí, un beso en la noche  tiene mas luz que la luna, y un poema, es la ecuación perfecta para el equinoccio   en esta parte del abismo. Cada segundo que pasa es un punto cardinal de distancia, entre lo que fui lo que soy, lo que nunca podré ser. La bestia vestía ropa blanca la última vez, llevaba un chuchillo, el alma helada. Quiso acostarse a mi lado, pero pude volar por única vez, y eso me bastó para llegar a tus brazos.

Pasa la vida...

Pasa la vida,  escribo a través de mis pasos. Mis lágrimas a veces acompañan heridas agudas, otras purifican el camino. El perro encontró descanso en la vereda, curte su piel al sol del otoño. Manso, tranquilo hasta que las moscas perturban su bonanza. Amaneceres que traen pócimas a una mañana de miércoles. Vendrá algo mejor, más humano. Si el hombre quiere, si lo desea, puede ser más que una redundancia que se le escapó al silencio. Quiere? Lo desea? Lo persigue? O el mismo sistema  lo espera atrás, inteligible a los ojos. Qué hace para merecer eso que fue dado pero no está hecho? Que hace el hombre, hábil constructor para crear nuevos caminos?

En este encierro...

En este encierro el cielo es cada vez más azul, las gotas mas grises los silencios mas decisivos, el viento mas evidente. En este encierro escucho el corazón, poco las creaciones del hombre. En este encierro,  soy, no soy quiero ser quien nunca he sido. Por que tengo el tiempo para perderme en el destiempo, las suficientes ganas de embarcarme en mundos que solo existen en mi mente,  hablar con personas que solo conozco yo. En este encierro, me estoy cuidando,  me estoy curando, me halago hasta caer en la mala costumbre. Siento que estoy en el fondo de una selva, en un pantano agudo, en una famélica habitación  que antes era la caja del ruido incesante de la gente. En este encierro, me falta,  les falto,  nos faltamos todos. En este encierro  quiero limpiar mis miserias, mis miedos,  arropar mis ausencias, cantarle una canción de cuna al niño que fui. Quiero volar y volar,  cada vez más alto para mirarme desde ot

Luna llena.

Si me toca que tanto puede sacarle la lluvia a la piel, a mis pensamientos, a mis lágrimas. Pareciera ser una encerrona, del tiempo, entre zaguanes serpenteantes inventados por un golpe súbito del corazón. Aquí estoy, desnudo sin mas alma, buscando en un punto fijo redimir mis pasos antes de la luna llena. Eso que los besos callan, o el grano de arena que deja la nostalgia. Todos los colores de la angustia vienen a mis pies, cuando dejo que la lluvia no me abrace.