Deja a los recuerdos
Deja a los recuerdos del otro lado de la puerta, apaga la luz, tu piel brilla en la oscuridad tanto que las estrellas envidiosas buscan espiar a través de cada azulejo. El mantel está puesto, tus besos serán la cena de un sol ciego de tanto sueños por cumplir. Si tratas de comprender no tiene sentido, tus suspiros ponen al amor hacer malabares. Cada cristal de alquitrán es un paso más a la herida que cerró, pero igual se siente. Que tus lágrimas no cuenten las horas, somos la nieve blanca que le tapa la boca del silencio para que deje de gritar. Deja que la angustia muera en manos del olvido, nuestra naturaleza es el presente que no puede conquistar. Al amanecer, cuando cierres la puerta no mires para atrás. Ni a un kilómetro, ni en otro continente. No busques una esquirla de mi aroma en otra estrella. Hay momentos que no volverán a existir.