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Mostrando entradas de junio, 2013

Hombre-Libertad.

Alguna veces tengo miedo y dejo de respirar pensando, que lo que está detrás del espejo soy yo. La locura  es la morfina  para la vida, cada día  una dosis permite transitar  en la acera. Quiero volar para no sentir la frialdad de un suelo, que ejecuta  uno a uno nuestros recuerdos. Quiero salir del fondo del mar, soy un hombre que cree en un mundo llenos de principios que aun no han muerto. La libertad se queda sin oxígeno por que el hombre no saca sus manos del cuello.

Letanías de un mendigo...

El sueño yace tan profundo que los poetas no pueden rescatarlo con su prosa, a latitudes inexplicables quedó el antídoto para curar viejas cicatrices. Es un día solitario amen de las voces que sacuden desde el exterior, la soledad bosteza tan cerca su erotismo pragmático, en una noche perfecta como ésta. El último viaje de la jornada antes de dormir custodiado por las estrellas, el aroma a jazmín dominan los recuerdos mientras los encantadores de serpientes dejan espinas de una costa a la otra, para que el show explote en el centro del alma... "Sueño de volar lejos del mundo, lejos de mí lejos de todo, la sinfonía que necesito no está en tus labios sino en el aire, fuera del alcance de la mente en ese mundo oxidado que dejó el hombre."

Alguna Estrella...

Mientras el sol sonríe en la plenitud de la tarde me pregunto, si al final de la jornada me esperará alguna estrella. Todos los días el mismo cuento ese de tratar de ser mejor, para sentir que el cansancio se desprende cuando nace el amanecer. El futuro nace de un acorde familiar,  pero las ataduras siguen aprietan con fuerza, la herida que va devorando la piel. El río tira sus promesas al cielo al final de todos los caminos la pregunta sigue siendo la misma ¿Habrá un mañana cuando nazca el amanecer? La estrella del cielo dice que sí entonces,  hay que seguir caminando por siempre y para siempre.

delgada linea

Aquí estoy parado en esta delgada linea que algunos llaman vida, no pretendo el mundo tan solo una bocanada de humanidad La mente está cansada de dibujar arcoiris  en donde no los hay

Algo de todos murió...

Algo de todos murió ese día,  el mundo no es el mismo las calles no serán las mismas nuestras canciones no sonarán de la misma manera. Nuestros sueños siguen pero heridos;  esperan la noche para que los tapes hasta la cabeza así no tienen frío. El reloj gira  aunque  las cuerdas ya no suenan de la misma forma. A dios solo le quedó un pincel gris y con eso tiene que seguir con su obra maestra. Quisiera bajarme para caminar a tu lado y que me cuentes que tal es ese mundo, hablar de la vida del fútbol quisiera que digas por que te fuiste tan pronto; los recuerdos se mezclan con esas nubes de tabaco en estas noches de desvelo. Nada volverá a ser lo mismo pero al borde de cada utopía se que estarás para darnos una mano,  como amigo como hermano,  como lo que eres un gran ser humano que hoy se fue a las estrellas para ver el mundo desde otro lugar.

Una mañana...

Las flores fueron pisoteadas, el encanto de las estrellas duerme en el infinito, tan inalcanzable a los ojos de dios que asusta. transita el tiempo en esa escala violácea que a tu piel  le fascina, y el sol dibuja en papel ese arcoiris  que tanto buscaba. Una lágrima después dos comenzó el concierto preferido de la mañana, en el que el acorde baña de desazón la herida en la que el alma camina sin saber  a donde diablos va.

Desierto de arena...

Anda descalzo en las nubes,  su palidez busca la tarde para sobrevivir. Sus párpados gotean al ritmo más convincente para la soledad. Difícil es para la vista encontrar la puerta,  ese sueño vestido de sol desaparece, cuando cree tenerlo en sus manos. En el horizonte las espinas asesinan a las rosas y los pétalos  son venerados en silencio, por los más desposeídos. En sigilo  la revolución asoma  pero recibe un cachetazo que lo envía a las cuerdas. Nada es igual ni lo será, algunos besan a sus ídolos de mármol otros, sueñan con persistir y sembrar en ese desierto de arena...

La idea de olvidarte...

Me voy haciendo la idea de olvidarte aunque nunca te tenía estoy mejor,  el cielo brilla cada vez más para mí... Tolero el silencio no me ando escondiendo por los rincones,  de vez en cuando  puedo volver a pisar la vereda y encuentro pegado a una hoja, un arcoirís. La tarde vacila entre un invierno borrego y un otoño que no termina de despedir sus últimas lágrimas. Cada pedazo de esta historia pronto, volverá a unirse, las venas poco a poco respiran en ese agudo sonido del reloj, cuando marca las cinco. Y si al caminar te encuentro lejos, muy lejos de aquí te miraré y seguiré andando se que hay vida después de tí...

La ciudad y el paraíso.

En una esquina apuñalan la memoria a media cuadra, se escucha un balbuceo,  lo  llaman historia. Por la cerradura todos espían como la rebeldía pasa, buscando adeptos, la ciudad está en silencio. El pájaro que se extravió de su jaula yace en la acera, el viento trajo los miedos el miedo trajo la lluvia. Parece que dios eligió un pincel gris para la tarde,  la ciudad está en caos constante la conciencia no vuelve atrás. Una silueta baila en la plaza del barrio vestida de rojo,  con labios violáceos mezcla la bronca y el deseo. Todas son postales de la ciudad que tanto parecido  tiene al paraíso interno.

Dignos...

Hay que romper el molde caminar un paso más de lo establecido bordar las estrellas, con el sudor de la frente. No sirve quedarse en el nudo del cuento ni dormir los sueños en la mente. Hay que dejar que la utopía corra por las calles y que se levante, cuantas veces sea. Seamos dignos aunque nos toque la puerta la muerte de merecer la vida.

La luz no tiene piedad...

Hace frío. La poesía  se metió bajo las sábanas para buscar un poco de calor... La ventana se tiñe de blanco y, con la última pulgada de sensibilidad del dedo índice dibujó en el vidrio, una rosa. Luego se metió en las sábanas a pelearse con sus fantasmas para apaciguar su ira. Logró dormirse cuando  la conciencia le susurraba al oído, canciones de su infancia.  Despertó  cuando el sol lo miraba de reojo,  aunque quiso seguir soñando. La luz no tiene piedad con la noche,  mucho menos con los sueños...

Una despedida...

La miré con esa nostalgia  que carcome el alma,  aún no nos habíamos despedido y llovía de par a par. Ella no escondió nada no disimuló su estrategia dramática de reír sin pensar, cuanto daño causa a veces la risa. Llegó el final del camino para los dos ella se despidió con un beso y yo,  yo no dije nada nunca fui bueno para las despedidas...

La revolución de la hormiga...

Era una hormiga, un pequeño monstruo  de seis patas no tenía nada que perder cuando se paró  frente al rey de la selva, y le dijo: "Tuyo no es el reino" Su corona de oro se movía en su cabeza,no dejaba de tronar miró al diminuto,  y se hecho a reír. Lejos de asustarse o de echarse a correr lo miró fijamente y a pesar de la risa de todos le dijo: "devuelve lo que nunca te han dado" Empezaba a incomodar a la corte, los súbditos ya no reían, ese ser que para muchos no alcanzaba a ser un grano de arena, estaba ahí desafiándolos a todos. Los blasfemos se acercaban al de la corona de oro, y le decían: "Mátalo", una hormiga no puede desafiar a tu trono. Frente a todos la hormiga buscaba la revolución, pero nadie la apoyaba, muchos se le rían en la cara, otros se quedaban callado la boca. Dieron por levantada la sesión, el la misma se hablaba de aumentar los impuestos aquellos lugares más alejados que pertenecían al reino, y forzar con más trabajo a las ho

El viaje...

Nuestras almas viajan en un tren  sin destino. No frena en ninguna estación habita el silencio en el vagón. Tú y yo, frente a frente sin decirnos nada: ¿Tomarías mi mano,  para besar las heridas? ¿Besarías mi rostro para pasear en el, tu pasado? Cierro los ojos,  y todo lo que una vez fuí escapa por la ventana para desaparecer como una gota en el mar. Somos el desenlace de un cuento que no termina nunca,   este viaje sigue y tu estás aquí sin saber por qué- ¿Tomarías mi instante para llevarlo a la eternidad? Tú solo puedes  enfrentar mis fantasmas,  ven,  acaricia mis miedos para que puedan dormir en ese segundo que llaman vida los que piensan que pueden vivir eternamente...

Quiero dormir...

Tengo sueño mucho sueño. Cada bostezo,  es un camino a unas sábanas más grande que la ciudad. Quiero sumergirme en ellas,  y soñar que nado desnudo en el mar. Quiero flotar en el aire o volar rasante sobre el jardín donde las rosas muestran sus pechos, en una primavera que no se termina nunca. Quiero dormir y apoyar mi cabeza en tu almohada,  para que acaricies mi rostro vencido  y custodies con tu silencio mi cansancio de mil vidas. Camino,  falta mucho.  Me pesan los párpados,  la espalda, la conciencia,  quiero dormir,  despertar de a ratos y si el mundo sigue igual,  seguir durmiendo  para tal vez,  no despertar nunca...

La Bestia...

La soledad lame las heridas de la bestia, en ese latido que aplaude la tarde. Los restos  de lo que una vez fue el hombre, yacen en las espinas de la rosa, en la puerta del  edén. No da,  sino lástima,   sus súplicas por una gota de redención. Intenta ponerse de pie pero se derrumba, Rojas tiene sus manos la muerte,  negras tiene sus pupilas el sol. Será una tarde más para el mundo,  un segundo más para la vida,  será un partícula de instante en la vida de alguien. La bestia seguirá herida por siempre,  lanzando muecas al aire buscando el beneplácito del atardecer.

Mito...

El inoxidable mito  se va ensuciando, y el misterio, va dejando de ser misterio. La sombra de a poco devora los pasos, de aquel que viaja en el mismo sentido que las agujas del reloj. Somos fuertes si somos capaces, de enfrentar al viento; si con las cenizas  que va dejando la vida somos capaces de escribir dignamente la historia. El mito se oxida con lágrimas de aquellos que se atreven a caminar por la cuerda floja...

Princesa...

Cuánto más no podés es que verdaderamente podés hacerlo,  no hay razón científica el corazón carece de fundamento. Y si una sonrisa es la única arma,  sonríe Princesa,  puedes hacerlo. Aunque te critiquen, aunque sientas  demasiado peso en tu espalda sigue Princesa, tu arcoiris te aguarda, en ese mundo que tus sueños construyen; ese de caballos alados de mariposas que hablan, ese cuento en el que el  sapo  se convierten  en principe después de un beso. Sigue, para nada renuncies  a tus sueños,  el que sea escribilo en tu frente para que todos puedan verlo. Que se lo pierda el que te sigue de atrás Que lo vea el que te mira de reojo,  que sepan todos que aunque tengas miedo eres capaz de luchar sola enfrentandote a un ejército. Sigue princesa a pesar de los fantasmas,  de los bastardos siempre hay un trébol  de cuatro hojas  escondido  en tu recuerdo. Haz realidad lo que quieres ser desata tu paraíso interno.

Es miércoles....

Discipa la niebla, un rayo de sol va al  pecho para encender un corazón apagado por la ignorancia. Ojos vidriosos para transitar una mañana inmaculada,  para los impostores. Se camina igual a pesar de los dolores; la noche deja heridas para que el día le rinda honores. La acera tiene ese lado visceral para el hombre, mezcla de divinidad y maldad cultura y desorden. Es miércoles la ciudad despierta, los coches ensordecen la gente camina con prisa y sin calma. A un costado sin que nadie lo note,  quedan las esquirlas  del espíritu del hombre, bebiendo su propia sangre después de pelear con la noche. 

Poeta de dos pesos.

Esto es para todos,  para ninguno,  para el que cruza la calle y mira de reojo  por sobre la espalda. Te lo digo a vos, aunque jamás lo entiendas aunque me esquives,  me ignores y toques a mi puerta. Te señalo con el dedo,  por que debo,  quiero ser claro conciso,  sin vueltas,  soy un poeta de dos pesos,  no esperes demasiado de mis versos.

Una gota de redención...

Ella mira al cielo está cansada de vivir, suspira por los rincones quiere explotar pero tiene que seguir.                                  Su mundo de cartón muere en el amanecer en ese abismo transitados por todos,          una calle, a dos cuadras del silencio. Ritual humano, su espalda carga el peso de una historia que alguien escribió por ella. Todas las noches transita la ciudad se encuentra con hojas muertas, ellas marcan el camino pero nunca le muestran la meta. Arrastra los pies Lleva atada la alegría, Pero viene tan atrás Que no puede sentirla.            Todos los amaneceres Balbucea una canción, Creada por su propia agonía,  ella b usca en el tiempo  una gota de redención…

Suspiro cobarde.

En sus labios la verdad, fue un suspiro cobarde de un ángel que no quiso perder sus alas. Ahí está al lado de dios, riendo a placer,  aunque en el fondo conserva la esencia de su pecado. El abismo  queda para los mortales, para las princesas que caminan descalzas sobre la tierra,  para los que no tienen nada y buscan tener un poco. La luz acelera la ceguera para aquellos que quieren vivir en las nubes. En sus labios reposa la mentira muere la ilusión,  lo demás es lágrimas que suelen mezclarse en las noches con utopía,  así viven la vida los que alguna vez murieron de amor...

Welcome.

Roba la sangre para dibujar  un par de círculos,  lejos  invisible a la memoria. Devora lo que queda, y escupe lo que ya no le entra. Sus ojos vidriosos son el espejo  de lo que son todos en realidad. Egoista, carroñero, envidioso, apático de la utopia. Inventa historias, dioses, juzga, mata, bienvenidos;  pasen todos disfruten del espeluznante espectáculo del hombre...

Poema 9 de junio 2013

Rompen los pétalos ceden a la sombra, inundan las calles, los labios se intoxican de cuentos. La voz de allá nos llama nos invita a dar un paso,  pero destrozado corazón un paso es un latido menos. La mentira  es una bendición para los bastardos. El  mundo  duerme los restos de la utopía, en ese concierto que todos los domingos viene del cielo. Una mañana todas suelen ser iguales, para la bestia  que hay en nuestro interior.

La muerte de la luna...

A través de la ventana observa, como  la luna se desangra. Cada gota dibuja el rostro, de un hombre en lenta agonía. La ciudad no duerme,  disimula su zoncera cerrando los párpados. No escucha el lamento, no siente los latidos ni toma sus manos para estrujarla con las suyas. Ese corazón tiene ganas de latir pero no es lo suficientemente fuerte. Pasa las horas arrastrándose por el  suelo,  sin consuelo se resigna,  sabe que lo espera  el fulminante amanecer; después solo será un recuerdo...

misceláneas

Has visto flotar en las praderas los eslabones que el jazmín  teje en la siesta  un jueves de otoño? La piel transpira la tarde,  la tarde  dibuja el bosque en la piel. Mientras dios duerme su siesta la ilusión le roba un beso al ángel; para estrujarlo en la conciencia,  para que no lo sepa nadie. Has oído como el viento  abraza el árbol mas viejo y le susurra un par de acordes hasta dejarlo dormido? Un coro de sopranos despoja la tarde de todo misterio,  el alma yace en el pasto mirando el mundo desde otro lugar. Hay misceláneas  que a los ojos del hombre  pueden ser eternas  y en la eternidad está lo perfecto...

Estación cruda...

Estación cruda. Lagrimas congeladas. La canción que sacude la conciencia,  mientras los ángeles pierden las alas. Ecos de la nostalgia suenan como tambores en la memoria,  hubo una vez un cuento en el que el final se mudaba a través de los besos. La palidez de su rostro a través de la escarcha,  sus brazos de jazmin adornaban la esfera en la que viajaba la historia. Estación cruda. Los fantasmas  no dibujan arcoíris, miran perplejos  desde la primera fila como al otoño se la cae la ropa mientras corre al encuentro del mar.

Tropezar no es morir.

Ir más allá tropezar con la maldita piedra, caer es volver a empezar cuantas veces sea.   Llegarás, cuando la primavera se lleve las hojas en las que se escribió una vez: que la utopia besó a la desolación,  para perderse en la cuerda más gastada del invierno. Nacimos para flotar en el aire y no morir en el suelo.  Somos esa partícula  que se le escapa al olvido para dibujar un arcoiris de colores  en mi cielo,  en el tuyo en el de todos. A la luz le sobran besos para desparramar en el tiempo, al hombre le faltan ríos  porque lágrimas tiene de sobra. Tropezar no es morir,  es volver a nacer  cuantas veces quieras levantarte del suelo.

El adiós...

El cristal rompe en mil pedazos cuando tu voz se cuela en la mañana,   no queda mas remedio que caminar rezando para que en el camino, no puedas adueñarte de lo que queda. No hay mochila  donde pueda llevarme tus besos,  o esa hoja de menta que adornaban tus labios en el amanecer. Todo queda atrás, como la luna reflejando tus pechos  al compás de la noche,  como las nubes de nicotina que dibujaban tu boca  al borde de la cama. Todo fue jamás será,  como el maquillaje que se descascara  en la escarcha  de una mañana de junio, cuando por última vez cerré la puerta de mi alma y dije adiós aun sabiendo que no será para siempre.