Gritar en la calle.
No vengas a compadrear , si al medio día la escarcha renuncia al beso del sol y solo quedamos un par, para cocer, esa angustia que nadie se atreve a quitar del alma. La misión del silencio, a veces, es gritar por las nubes. Aunque solo sea por joder, pero se siente pleno joder a quién tantas veces jode. Entre fulanos el humo se transforma en tinta, los falsos profetas tienen la verdad, los de abajo perdieron la virtud de elegir. En este cuento que no es cuento, las palabras mueren para no vivir. Nadie lo escucha, pero el amor está cansado de gritar en la calle.