Frenar.
Hay estrellas en el cielo pero también hay una en vos, no importa si se agotan la más importante nunca dejará de brillar. El pensamiento corre, como las nubes de alquitrán que una vez dibujaron fantasmas con una lanza dispuestos a venir a conquistarte. A veces el destino se disfraza de una piedra que no para de rodar. Entre tantas bocas descaradas de clanes o sectas que fomentan la angustia, frenar la marcha, respirar profundo y reír es un acto revolucionario que todos los días hace tu alma.