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Mostrando entradas de octubre, 2016

Todo lo que necesito...

Cara de una cruz superpuesta con el cansancio, Debajo del farol teje el escritor la agonía de una noche, hay cordones imaginarios atando bocas. Fantasmas en el epílogo dibujando promesas, ríen desnudas en busca de reflejar en un sucio espejo de agua alguna mueca. La nada cae en lo mismo. Viene,  desquicia,  estafa y se va. La muy cínica deja la tormenta, torpemente irónica. Detalla un principio, un final para dejarnos un medio en el cual nos podamos deleitar. Es todo lo que necesito...

Momentos.....

Atrapar los minutos en las manos, como una vez de chico, al costado de una playa atrapé los granos de arena mientras el mar gritaba  en una tarde de sol. Contar los minutos, sentirse fugaz como la estrella que por única vez dejó su huella en el horizonte. Perderse en el infinito, solo por el impulso de ser uno mismo. ...Hay momentos que no se sueñan, simplemente se viven con los ojos bien abiertos...

El tiempo es uno...

Te gusta,  te encanta,  te fascina,  te educa.  No te inhibe, no usa perfume pero enamora. No es auténtico, pero te hace fiel a tus principios, no te quita el dolor pero supone ser una anestesia general para que salgas a enfrentar la rutina. No necesitas verla, no es la fe, es otra cosa. Fornica tus oídos, hasta ensordecer tu crítica. El tiempo es uno, no perdona. Vive con utopías, para ser un árbol que merezca morir de pie.

Victoria Perfecta

El primero odiaría ser último, el último sueña con ser primero, Saldo. Pintar tu horizonte a medida que vas andando. Sumar voluntades para no caer, para que caigan los invertebrados bosquejos del engaño. Rebotan en la tierra las infantiles promesas de amor. La inutilidad del hombre que hundido en la sombra no distingue al bueno del malo, al soberbio del humilde. A mi boca llegan silencios desganados, tempestades neófitas. Busco, encuentro, interpreto y lanzo. Mi fe no es más que un grano de arena en un desierto que se muere de sed. Amar la utopía aunque no puedas abrazarla es lisa y llanamente, una victoria perfecta.

Aromas...

Las desorientadas calles, el abismal lunes la razón del obtuso; dios pidiendo limosna en la madrugada. Qué deparara la semana? la silueta del horizonte acaricia la mañana. los ruidos sacuden un par de almas entrelazadas, abrir los ojos para ver una canción. La miseria tiene un coto cada vez mas grande. Coraza de coraza ten a bien emborrachar un par de corazones, aunque solo sea para suspirar en la escarcha. Estrellas devoradas por el amanecer, nacerán mil en sigilo. En cascadas vienen poemas para nadar en el mar de los aromas.

Entre dos silencios...

Ojos negros,  agrietados por el cansancio. La luz brillante llegaba alrededor, menguando la codicia. Moribundos, los pensamientos chocan entre sí, mientras el coro canta sin pausa en la fina hierba del hastío. Acarició el pálido rostro de la luna, la esperanza pellizco a la oscuridad. Voló tan rápido a través del sueño, desatendió las cicatrices asestadas por el tiempo. Los dientes del lobo no eran filosos, el caído empezó a desear su propio paraíso interno...  ...Y fue feliz,  en ese instante entre dos silencios llamado vida.

A los pies...

Suspira en cada charco pero no te detengas. Salta alto para llegar a la cima comparece ante la esquirla del horizonte. Tu boca no es un ataúd putrefacto, hay una primavera en tus venas, explota en poesía. El alma escribirá lo que el dolor borra. En la lluvia vestite de utopía, en el sol desafía a la sombra. La calma llega cuando el viento cae rendido a los pies de la locura. Hay un lapiz, unas hojas en blanco. Historia es crear mientras caminas eso que nadie sueña por permanecer inmóvil  cuando se desprende de su máscara el fracaso. 

Quién dijo?

Quien dijo que sería fácil? Quién dijo que no habría piedras? Parece que el destino está ahí, como sino rodara a ningún lado... La esencia está desteñida, el sol no brilla como siempre, incluso, las manecillas aparecen como montañas colosales. Quién te dijo que la tristeza dura para siempre? La mañana es un buen comienzo para volver de dónde nunca debimos irnos, nuestro interior. Llorá, caé, levante, volvé a empezar. Lo dijo una vez en un soponcio el viento "las cosas siempre, son como el hombre quiere que sean"

No deberías...

No deberías, quedarte con el, atragantado en la punta del suspiro. Ni siquiera, moldearlo para el regocijo de los bastardos. Independizalo de las angustias, mientras el viento se lleva lo establecido Deja de cerrar los ojos ante lo absurdo, no necesitas del sol para poder brillar. ...Y en la punta del horizonte, cuando perecen las certezas tiene su génesis el miedo; ese infame vestido de azul mostrando sus dientes podridos. Ahí estarás solo, sin armas, sin amigos, sin amor. Solo tendrás tu sonrisa para matarlo.

Puñales.

Robo la paciencia de la gota, con ese instante proyectó un camino, entre arboles el parque discute verborragia. El cielo era un general anclado en el olvido, el aire un perdigón escupido por el modernismo. Las hojas estaban escritas, quizás el néctar era la baba que dejaba una estrella. En sus brazos blandían las angustias en sus dientes el miedo, en la punta de sus dedos yace entrelazada esa manía de andar en do por las calles. Levantar la vista, ver como la naturaleza pasea de la mano por boulevard, dormir entre las algas soñar que la memoria da caricias, o puñales por la espalda.

Demencia.

El trote compadre de la tarde ahogado en el humo que sin razón discute un destello, y el rabo que no se lleva la sombra. Huérfano, el vidrio de la cuadra le grita a la hormiga que pasa, el ruido insolente entra en el barrio buscando clavarle un puñal al destino. Al otro lado de la vereda, unas pocas hojas rebeldes giran en sintonía a un rojo carmesí ofuscado por no encontrarse en ningún labio. Voltea la cabeza para un lado, inmediatamente al otro, empuja algunas piedras para estirar el misterio. Pero no hay caso, la demencia es una cruz dispuesta acompañarlo a todos lados.

Pretensión

Qué querés? No has visto escupir sangre a mi sombra? Nos has bastardeado la fe hasta tu aburrimiento? El trinar de copas se escucha como un concierto. La gesta , No puede ser una letanía dormida en las venas del tiempo. Si el pedregal es un escudo, Si la bandera flamea solo por aburrimiento Nada tendría sentido. Solo el amor, Esa flor mas bella que nadie ve ni siente, Vale cualquier pretensión de eternidad que puede tener el hombre.

EGO

Brotan del silencio los caídos,  hijos del pecado,  resucitados por la oportunidad. Esos no se caerán más. En las cadenas, habitan las mentes oxidadas,  corazón de piedra pincelado de negro. Algunas nubes inverbes destiñen al sol con promesas, algunas promesas hieren al aire ahogando de cerrazón la semilla. La vida puso en las manos el misterio.  En la boca, un arma de doble filo. La locura es el ego escondido, que nos encuentra cuando la dejamos de buscar.