Luces y Sombras.

Mala fe mala leche, ponele el nombre que quieras. Los que gritan amor,  generalmente quieren la guerra. En el fondo,  muy atrás en su conciencia,  la demencia grita,  para que explote la conciencia. Les tengo miedo,  espanto,  mi escudo no soporta,  la tinta negra,  cada herida se abre más y no cierra. Bastardos,  en sus venas de oro corre la nobleza,  sueño dorado de vivir en un castillo de cristal,  para moldear el destino de las almas... Tengo miedo,  ellos piden amor,  pero nos esperan con balas...

Fue en un sueño. Una vez hace tiempo,una estrella se abalanzó sobre el alma, le dijo que el corazón  puede matar al hombre, no le hizo caso. Persistió en el cuento en la aventura, en la búsqueda implacable mientras la razón descansaba en la parte de atrás... Siguió, el desierto marcaba un solo par de huellas, el alma tuvo que cargar con las dos, por tanto tiempo, que el viento parecía ayudarla, sosteniéndola como una hoja en el aire. "Ella vino a mi, estaba solo, me sentía solo, no había mundo, hasta que el tiempo, bendecido por la rutina, destruyó lo que nuestros corazones habían creado. El bastardo latía a prisa, sin detenerse a tomar un vaso con agua, tenía  lágrimas para alimentarse. Un rayo, cortó la escena, el alma cayó, sin poder levantarse. Es tu culpa, le dice el corazón. La razón sonrió, aun partiéndose en mil pedazos, sonrió, antes de morir los dos, la razón con el último suspiro grito " si el corazón domina al hombre, termina matándolo; si tan solo el alm

La mañana presume,  muestra su falda,  hace un guiño,  invita a hundirse en sábanas de plata. Morocha, pelirroja, rubia, "soy lo que quieres que sea", susurra por sobre la espalda. Me lleva en sus brazos tambaleando entre gotas de sol.  lame las heridas en las sombras de la última  letra  que dejó la noche. La mañana se desnuda, roza su piel contra el asfalto, desata su placer escapándose de dios, aunque su perfume, mueran en las amarillentas hojas que dejó la primavera.

La locura tiene mil rostros,  el tiempo  lo ha hecho así. El verbo se agota en el pasado,  Dios no acepta perder. Y qué si desafié al silencio en tu nombre,  la primavera no tiene rosas para mí,  mucho menos melodía,  el dolor todavía no ha pasado por aquí. Juré mil veces mirar al cielo pero nunca levanté la cabeza,  el suelo es la estrella que la vida ha inventado para mi. Reinas en la tierra de los reyes sin respuesta,  proclamas la tempestad,  sin tocar el borde del mar,  Maquiavelo es la conciencia de los que buscan el silencio del tiempo. El mundo y su manera  de decir las cosas,  bastardo son los golpes,  bastardo es el que no sigue,  el que no puede ponerse de pie.

Junto al punto final está la nada aguardándonos. Cada párrafo,  es una grieta  que esta historia tiene para el hombre. Así estaremos,  hasta que termine la historia,  hiriéndonos con frases cortas,  buscando un desenlace  en no más de tres oraciones; nadie es capaz de desprenderse del otro. La coma es el pretexto para agrandar el cuento,  para que la herida sea cada vez más profunda. La metáfora se extraviaron lejos, muy lejos de su sonrisa. Vamos camino al silencio escribiendo con nuestra agonía a cuestas,  llorando cada letra,  al borde del mar donde nuestros enemigos  lloraran nuestra ausencia.

Eternamente duerme en la sombra más adusta de la luna,  tapado con sábanas de arena blanca. Esta preso,  rodeado por la parte más congelada  del firmamento. El viento sonreía a la distancia,  Descansaba tranquilo sin saber que estaba muriendo. El aire envenena el silencio,  rompe las olas,   formaba pétalos  que mueren en los senos  de una mujer vestida de negro. Un camino de rosas sin espinas,  llevan a un templo sin rezo. no hay cruces ni santos,  solo un refugio para no ser atrapado por la tormenta. "Duerme",  le canta  al oído   la versión más despiadada del olvido. El último eco de una estrella,  grita pero es en vano,  el hombre jamás despertará de su sueño

Te fuiste del tiempo,  a crear tu propio segundo,  y tu minuto,  vale una eternidad  para los humanos. Viviste tu propia vida,  creaste tus propias reglas;  te ganaste el respeto,  y el cariño siendo nada más que vos mismo. Vaya uno a saber por donde andarás,  pero este lugar no es el mismo. El tiempo cesó,  las calles están mudas,  el viento sopla fuerte,  pero no se puede llevar tu recuerdo. Gran dicotomía nos plantea la vida con tu ausencia,  los buenos mueren,  los malos siguen murmurando cerca. Hasta siempre,  los que quedamos te recordaremos,  mirando al cielo,  caminando las calles,  imaginando que estás a nuestro lado...

El alma te pide desorden,  que saltes,  por los aires,  que te apartes de la manada. Te quiero fuerte. no busques el aplauso,  libera tu paraíso interno,  donde las flores crezcan  sin límites,  y tus venas puedan sentir  el fuego de la libertad. Se vos,  como quieras ser, el resto no importa,  mira al frente,  nunca abajo,  los golpes de la vida,  son abundantes,  pero abundantes  son también las posibilidades  para ponerse de pie. No hay final para el camino,  detrás de la pared,  hay un nuevo sendero,  esperando tus huellas. Mira para atrás,  para aferrarte de algún recuerdo,  que te hizo feliz. no para llorar  sobre una foto en blanco y negro. El pasado camina cerca tuyo,  pero entre los dos,  podemos sacarle ventaja. A mis amigos,  a mis hermanos,  Jamás renunciemos a los sueños,  nacimos,  para caminar juntos por siempre.

El Abismo se agranda cada vez más,  cuando los sueños del hombre,  abandonan su pureza. La inocencia,  es el principio del cuento,  el más allá,  persiste tan lejos,  incluso de la memoria. A los ojos del amor,  la eternidad  muere en un beso.

Mis ojos desnudaron su juventud,  lejos de toda inocencia,  me invitaba a la cama.  Con una sonrisa  atrapó mi encanto,  mi sombra llegó primero,  y la besó;  desde los pies,  hasta la cabeza. Luego arrancó su vestido,  lo lanzó por los aires,  abandonaron la fe,  se quedaron al costado del camino,  el placer dibujaba gritos en el cielo,  cada marca en su espalda,  eran los celos que tenia la noche. Al alba,  los dos se rindieron,  perdieron la conciencia,  satisfechos miraron al sol,  se besaron,  La sombra acarició su rostro,   ella le juró amor eterno.  La mañana dibujaba pétalos,  que sigilosamente,  rondaban sus senos,  mientras la sombra,  se despidió a través de un suspiro,  hasta la próxima luna llena.

Vivo del pasado  que nos es cruel,  que mete miedo  en cada esquina,  que vocifera  a los cuatro vientos,  que gobierna,  sin votos,  la conciencia colectiva. Al frente venís vos,  tan cerca,  que mi llanto roza tu piel,  tan lejos,  que mi sombra  no puede envolver tu risa. Tu cuerpo  va dando giros,  por la jungla de cemento- Amo esa historia que no supimos construir en cada baldosa,  cuido celosamente cada recuerdo,  para que no se lo lleve el olvido,  es imposible,  tu pelo, no tiene el aroma  de la primera vez,  te fuiste en el único tren  que pasó por esta estación...

No le gustaba la blasfemia, sin embargo, no hacía nada, para detener el incesante flujo de maldades. No hablaba, no sentía, no lloraba. Sentado en su trono, miraba como el mundo, se rompía, como los cristales del espejo  en el que se reflejaba su historia. Satisfecho en sus entrañas, no atendía, el pedido de los pobres,  no repartía, no juzgaba, no hablaba, no miraba a los ojos. Desde la montaña, miraba las ruinas del  mundo que inventó Hasta que un día, los derrotados fueron a buscarlo, con lanzas en la mano, con piedras, algunos.  El ejército cedió, no ofreció resistencia, el pueblo subió al cielo por las nubes, para matar a su propio dios. Pero el ya no estaba, se escapó por las estrellas. Estaban solos, el cielo se quedó sin dueño, sin rezo, el miedo empezó a invadirlos, los más eruditos, quisieron sacar provecho, nombraron al gobernador. Bajaron del cielo, las sonrisas y la calma volvieron a dibujarse en la cara de todos. El gobernador, mandaba, actuaba, h

El olvido hizo escala, en su rostro,  su voz se esconde en el pasado,  del que nadie sabe,  todos los días transita las calles,  no sonríe, no sueña  solo quiere morir. Dicen algunos,  que casi fue el verdugo,  de la noche,  si un par no hubiesen pestañeado  en el momento justo,  el  mundo sería un poco mejor. Los sabios se ríen,  la gente tropieza con el,  se levanta, sigue mirando al suelo,  camina, sin saber a donde va. Su casa es grande,  su techo son las estrellas,  en las noches de frío,  se cubre de utopías. Llega el sol, una lágrima recorre su rostro,  de nuevo la misma historia,  ponerse el corazón,  para seguir caminando entre fantasmas...

Tristeza que suplanta alegría, calle sin cordón que sueña, con luces tenues, que señalan el infinito, como el tango, un compás de mala suerte. De la mano vamos, hasta llegar a la puerta, yo también abandoné la causa,  hoy la pena, bordea el sol. El licor espera la noche, para llenarse de olvido... Un par de monedas, para la canción, tu presencia, pasa, como pasa la vida, la palidez es un puñal silencioso, que desangra la ilusión...

La profunda soledad,   de esta noche,  es la morfina que mis venas necesitan  para no explotar. El pasado nunca se fue,  late más a prisa que el corazón. Es un cadáver que nadie ve,  al costado de la ruta;  un asesino silencioso  que sigue mis pasos. La vida se escurre  como las letras del capitulo,  tal vez el último,  de la historia.  Ella no está ,es cierto,  pero hace tanta falta,  a veces lloro,  las lagrimas no alcanzan,  para tapar tu ausencia. Sobre la pared,  en la que escribimos nuestros nombres,  en la cima del pueblo,  ahí habita la calma,  para sentirme vivo...

Sigo tu soledad por los mares,  tu pelo por los sueños,  tu cuerpo por las nubes,  tus ojos por las lágrimas. Por que sin vos,  no existo,  tengo que recordarte,  mi corazón se apaga,  el tiempo ahoga todas las pretensiones de amor. Tanta sed,  y no tengo tu boca,  seco está el río que da vida al paraíso interno. Al lado del licor,  tu foto,  lejos quedó la cordura,  los fantasmas vuelven de nuevo,  tengo miedo,  tu voz se fue apagando,  tu sombra camina por la esquina; nunca va volver. Estoy cansado,  las fuerzas  no alcanzan,  los dioses no orientan,  tu amor está cada vez más lejos. Es imposible,  pero todavía resisto.

Acá estoy,  parado ante la vida,  me iba bien,  hasta que el viento  trajo tu nombre,  y de repente la tarde se nubló. El viento no paró,  hasta cerrarme la puerta en la cara. Me agarró el dedo más flaco del pie,  lo hizo añicos,  di media vuelta,   chocó mi frente contra un aparador. quise hacer pie,  mi mano terminó dentro de la olla,  Sangre? no salsa. Respiré profundamente,  fui hasta el baño,  un paso, dos,  tropecé con la vida,  di un giro completo,  para terminar viendo el techo,  y una araña que iba bajando,  hasta mi nariz. Ella notó mi espanto,  se fue enseguida.  Intenté levantarme,  caí de vuelta,  esta vez,  mi cabeza golpeó  más fuerte,  el corazón latía en la nuca. Mi otro yo,  vestido de traje,  intentaba levantarme,  no pudo hasta el otro día,  cuando lo hice,  sentía diez mil puñaladas en la cabeza,  recobré la razón,  quise escribir esta historia,  les va un poquito mal,  a los que desafían a la mala suerte...

Se rompió la pluma,  y la tinta comenzó a correr por la hoja,  a construir palabras,  a nombrar epopeyas. Nada detenía su andar,  iba por los rieles de la locura,  sin prisa. Hasta que al final,  Se vuelve flor,  y como tal,  arroja al viento el perfume  que penetra  la persistente lluvia de enero. Ahí quedó,  la tinta no quedó en suspenso,  ni murió en el suelo,  murió en la flor que dibujó la memoria para honrar tu ausencia.

Vive cuando el último pelo del amanecer,  haya podido desprenderse de la noche,  Seduce a la niebla,  para que te deje escapar,  al bosque. Ve hacia el silencio,  para que cure,  las heridas que la mentira ha marcado en tu espalda. Nunca,  dejes de caminar en las estrellas,  ni bordar con tu sonrisa el sol. Camina,  con el último gramo de fuerza,  a donde quieras.  Ama con los cinco sentidos,  aunque los pierdas...

Aunque camines sola,  sin más compañía que el viento,  y sientas como el pelo,  envuelve tu rostro,  para ocultar tu vergüenza,  siempre estaré contigo. Si estás por las estrellas,  por que dudas del firmamento,  si tienes miedo de echarte a  volar,  no lo tengas,  yo puedo ser tus alas,  para que puedas surcar el infinito.   Si caminas al borde del mar,  y sientes que no puede abrazar tu soledad,  cada grano de arena,  es un beso que no has recibido. Si pasas a mi lado,  y ni siquiera sabes que existo,  si alguna vez,  piensas que todo parece nada,  puedes llorar,  yo estaré contigo...  Si alguna vez,  sigues perdida,  sin saber que rumbo tomar,  mira  sobre tu hombro,    es mi sombra que sigue estando contigo...

Tuvo Sed,  y bebió sus lágrimas,  desesperado,  en medio de las calles,  abarrotadas de drama y misterio. Tuvo sueño,  y se echó en la acera,  para dormir,  para luego sentir  como sus promesas,  eran pisadas  por hormigas que sin prisa iban hacia el norte. Tuvo un deseo,  hizo un pozo,  y lo escondió en la tierra,  al lado de la rosa que sembró la muchacha mas linda del barrio. Tuvo rabia,  deseos de explotar,  pero la bestia,  está atada con cadenas  a las paredes del corazón... Tuvo un momento,  y sus labios dijeron su nombre,  sin permiso...  tan fuerte,  que la ausencia lo escuchó al borde de la luna, y corrió a su encuentro,  pero sus pasos ya no estaban...

Tristeza de luna,  el anhelo,  reposa,  en la silueta que a cuenta gotas dejan ver las estrellas. Fue un momento,  la atracción  permanecerá para siempre,  aunque la tormenta sea fuerte,  y la memoria parezca romperse  en mil pedazos. La función muestra todo el esplendor,  toda las luces.  Los aplausos,  son tenues gotas de lluvia, para esta historia que habla de vos y de mi. Seguiremos así para siempre,  mirando al cielo,  tu recuerdo es tan fuerte,  que  la mente no puede matarte.

No tengo nada,  la fe la perdí por creer,  la esperanza se fue,  y el miedo  esta parado en el centro,  viendo por que esquina doblar. Aun cuando el mundo explota,  no se escucha mas que al silencio. En sus manos,  un trébol gastado,  hecho añicos,  ni los detractores gritan de lejos,  ya no quedan lágrimas, para mezclarlas con el agua del mar. Lejos,  los fantasmas conviven con sus propios demonios,  fabrican sus propias guerras,  mientras el deseo camina por los aires,  tan distante de mi sombra,  que quema la piel con su boca...

Sesenta segundos. para despertar,  o dormir,  para caminar  o sentarse en el cordón, a mirar el amanecer. Sesenta segundos,  para ver,  como la rosa,  llora a su último pétalo.

A la hora señalada, explota el tiempo, los cuerpos arden, el deseo domina, los besos se regalan, no se compran... Un escondite, perfectamente pensado, lejos de la gran ciudad, al borde del sol, donde mueren la sombra de los cuerpos. Sus lenguas exploran, arrasan, cada tramo, no existe la conciencia, los domina la barbarie. A la hora señalada, en el escondite, se miran, se acarician, se desean. Fantasean juntos, que van tomados de la mano sin importar lo que grite  el mundo. Construyen castillos al borde del mar, para que los sepulte la ola. La última mirada es la peor de todas, se despiden, lloran, se juran amor eterno. Cada uno por su lado, a seguir viviendo su vida, ya vendrá otro tiempo para los amantes...

El mundo se come sus promesas,  esperando desaparecer el gris  que abunda en los techos de la ciudad. La fría mañana de verano, es el encanto que sintoniza con la piel.  Calles solitarias,  la piedad se esconde  en la escarcha,  al costado de la calle más alejada de vos. La canción de moda,  suena sin  piedad ,  el  viejo solitario  sentado debajo del árbol, esperando que caiga la manzana. Caen hojas congeladas,  historias  vacías ,  tiempo muerto que no puede ser extirpado. Los  ángeles   están  cansados, vencidos,  duermen al borde de los rieles;  En sus alas reposaba la luna, para que no la pisoteen los hombres. El mismo cuento del alba, la luna desata la miseria, mientras el sol,  duerme en fondo del mar y al hombre le nacen de nuevo las penas.

La tarde miente,  existe un silencio mas encantador,  y está en la noche. El sol  no tiene la virtud de sanar las heridas como las estrellas, de disimular el desamor en las sombras. La tarde miente,  la luz puede estar también en la noche.

Cuando venga, Que me espere afuera. Antes tengo que despedirme de mi conciencia, Y dejarla debajo de las sábanas, Al lado de su cuerpo. Una lágrima saldrá, Tal vez dos, Abriré la puerta,  sonreiré, Caminaré hasta caer rendido por el tiempo. Cuando venga, Ojalá que tenga menos en el debe, Más en el haber, Que la bestia este muerta, Que haya conquistado muchas causas justas, Que nadie llore, Que todos intenten cambiar al mundo. Cuando venga, Que espere afuera. Quiero escribir Aunque sea en el aire Que intentado vivir la vida, Amar con los cinco sentidos, Ayudar a quien pudo hacerle falta. Cuando venga, Que camine atrás mío, Quiero sentir, Aunque sea mentira, Que el alma,  puede sacarle ventaja a la muerte...

Siempre que  sonrías,  aun no creyendo nada,  ni siquiera que puedes cambiar al mundo. Siempre,  que puedas mirarme,  aun para ocultar,  lo que no te atreves a decir,  y  a mi, me pase lo mismo. Siempre que mire a través de la ventana,  y  tu estrella brille más,  aún cuando todo parece nada. Siempre que llore,  se que estará tu sombra;  para secar mis lágrimas.

Ni pude mirarlo, ,me senté en la PC, tenía trabajo que hacer. Igual ya lo sabía, Cuarto Balón de Oro para vos, genio!. Que tengo que ver, más de lo que me demostrás todos los días que te veo por la TV, aplaudo hasta que las manos me queden rojas; y por que no, se me pinta un lagrimón de esos que producen felicidad. Desde tu cuna naciste para darnos alegría, esa alegría que algunos traducen en mala leche, por que para desprestigiar, la Argentina, y LOS ARGENTINOS, tienen un prontuario bastante extenso. Cuarto Balón de Oro, pero tu logro más profundo vino hace poco, Thiago, un muchachito al que seguramente le contarás las anécdotas, las copas ganadas, las criticas infundadas, y el sentirá orgullo, el mismo que siento yo que sin conocerte, formás parte de mi vida. Me declaro Messiano, profesaré el Messianismo como religión, acá no hay rezo, ni rosarios, hay admiración, orgullo por un pibe que solo quiere jugar al fútbol y que sin obligación, nos da alegría y nos hace caer la baba. So

Sigo mirando al mundo, a través de un espejo, sucio como la conciencia de los que perdieron la memoria. De un golpe se vuelve al mundo, caminar hasta la inmensidad, me lleva por las calles, en la que la gente no  importa nada, absolutamente nada. Escucho los ruidos de los autos, la gente huye, sin saber a donde va. La mente viaja sin hacer comentarios, sin dejar ninguna huella en la calle. Si la inmensidad me espera al final de la calle, no lo se, tal vez la sombra que aguarda al costado, consumiendo el cigarro, tiene un rostro familiar. Sigo el compás de la música, siento las alas, para ver de arriba como la soledad, es un aura que rodea la cabeza de aquellos que nunca creyeron en si mismos.

ENFRENTÓ AL TIEMPO, LAS SECUELAS SE MIDEN EN ESCALA DE GRISES, Y EN LAS MARCAS QUE TIENE LA PIEL. CADA DÍA QUE PASA, CADA SEGUNDO, ES UNA BARBARIE, PERO EL MUERTO, SIGUE ESTANDO EN  PIE… EN EL OLIMPO, LOS DIOSES DUERMEN PROFUNDAMENTE, MIENTRAS LOS MORTALES, FABRICAN FANTASÍAS CON SU SANGRE. SU VOZ ES EL AGUA QUE RECORRE, POR ÚLTIMA VEZ, CON FUERZA, LOS RIOS DEL BOSQUE. MIENTRAS EL DIABLO DUERME, ROBA SU TRIDENTE PARA DESAFIARSE A SI MISMO. PIERDE MAS DE LO QUE GANA, PERO SIGUE ESTANDO EN PIE. SIGUE LA ESTELA QUE DEJÓ EL ÁNGEL, BLANCA NOCHE, LA SILUETA A LO LEJOS, SE PARECE A ALGO QUE ALGUNOS LLAMARON CORAZON. AÚN ASÍ EL RELOJ SIGUE GIRANDO, AÚN SIN SABER, EL MUERTO SIGUE ESTANDO EN PIE.

BAJO EL REPOSO DE UN 2 X4, EL PISO DEL CLUB, ERA LA SENTENCIA , PARA LA NOCHE … EL GUIÑO PARA LA OCASIÓN , LA MIRADA DESMEDIDA , ERA LA AFRENTA , MÁS GRANDE DE TODAS. EL CANTO CRUEL, ERA COMO CIENTOS DE PUÑALADAS, PARA AQUEL QUE REPOSABA EN LA BARRA , Y LLORABA CON BASTANTE DISIMULO SU DESAMOR. NO QUEDAN MÁS ESTROFAS, LA NOCHE SE ACUESTA A DORMIR, Y EL DÍA CAMINA LA CALLE , BUSCANDO EL ABRAZO DE LAS MUCHACHAS, EL REPOSO EN LABIOS DE TERCIOPELO. 

Me aburre, mirar al silencio, sostenido en una hoja, en esta tarde de verano. El viento gira tímidamente, en la pausa del sol, al filo de la vereda, donde la hormiga, sostiene su andar con paso temeroso. El reloj no deja de girar, aún así, las cortinas siguen en suspenso, la puerta entreabierta, para que venga tu alma, a poner las cosas en su lugar. Una mano sostiene el rostro, volcado a la derecha, los sueños no vienen solos, los párpados no bajan, el cielo aun tiene mil canciones que escribir. Al frente la pared, guarda el paso de mil años, cada grieta, fue marcada con las uñas, con la fe de que algún día, podía partirse en mil pedazos. Odio la ausencia que genera la tarde, me cierra de par en par la mente, para que evite mirar al cielo, descansando en la nieve, para que las estrellas puedan ser dúctil a mi locura.

Rieles oxidados, escapes cercados por la pastura, paredes hecha añicos por la inconsciencia, en el asiento, aguarda el futuro, para subirse al último tren. Te subes? El mismo hombre de siempre, con el mismo tono de siempre, insulta por que no llega la bestia de acero; al borde de la vía, donde crece el blues, al frente del mural, en el que alguna vez, estuvieron nuestros nombres. La hoja del periódico, recorre el cemento, hasta encontrar en el mendigo, un lugar para esperar el tren. La pareja más despareja, se mata a besos, debajo del cartel de encomienda, ante la atenta mirada de la chusma mas chusma de todas. El sol, muere lentamente, Detrás del galpón, con paredes llenas de recuerdos, de amores inconfesables, y con el tesoro de una frase que nunca voy a olvidar: " lo imposible esta en la mente de los incapaces"  

Se fue,  desapareció,  o se escondió,  en las arenas del desierto,  que sepultan,  lo que nadie quiere contar. Hoy,  es el ayer que no quisimos vivir,  es el primer día de amor,  la rebeldía a la que no despertamos,  la ilusión de un mundo mejor. Cada comienzo es una nueva vida, algo muere,  pero algo nace también.  los fantasmas persisten,  pero la espada esta filosa,  para levantar en alto  la valentía de los que quieren persistir. El alma se mueve al compás de la noche,  roza con su vestido blanco la amargura,  ante nuestros ojos,  la meta se aleja,  la utopía nos permite seguir caminando hasta encontrarla tal vez,  en los brazos de quien menos pensamos.