Luces y Sombras.

Ellos son, los aplaudidores seriales, los subestimadores crónicos, los que tienen el poder  pero se marearon. Ellos son, el individualismo en carne y hueso, la pedantería, la soberbia, los que piensan en llenarse el bolsillo, a costa mía, a costa tuya. Ellos se sienten como ancho de espadas, pero quieren que te sientas  como cuatro de copas. Nunca lo dejes, tres cartas  son nada más que tres cartas. Y yo que soy, se preguntan? La resaca de un circo de mala muerte, con eso les alcanza...

 Bandidos de plata, soles como calabozos de una envidia que no tiene nada, sin embargo asusta con solo el ruido. Cortaban la respiración, con solo pensar en la llaga, cada mañana es un insomnio, en los vasos quedan sobras del río que formó una lágrima. El peor enemigo es el espejo, corta la respiración, los mil pájaros dejan su excremento en el pincel. Quiero huir, no hay arco iris para mí. Fui la cara del cristal mil veces, pero no se dónde estoy, ni dónde estare. Cualquiera frente al espejo puedo ser yo  

Espalda con espalda, vos y yo  contra todos, la cobardía no entra en este lugar. Hemos renunciado varias veces, varias veces hemos caído sin poder levantarnos. Un millón de veces lloramos cómo única respuesta. Acá estamos, nos doblamos pero no llegamos a rompernos. Resistimos ríos de tinta  y comparsas de soberbios sin destino. Somos nosotros, somos luces y sombras. De la nada venimos,  hacia la nada vamos : espalda con espalda.

Vamos al oasis a no morir de sed, sin saber  que nuestras lágrimas podemos beber. El tic-tac suena en la cabeza, cómo un Toc que retuercen las venas, cómo una montaña que recién empieza, un dolor que no se termina. Sobrio sonríe el de la entrada, atenta está la resaca, piel con piel  la justicia ya no es una luna de plata. Ni el peso de mil elefantes pueden con la semilla. Pero hay mil desiertos que pasar  y uno más, hasta que el mundo dice:  Buen día!

Esta claro que es de ellos, de esos rotos que pudieron cocerse, de esos que no pueden más  y sin embargo pueden. De esos que saben y no improvisan, de esos que sienten y se la juegan  sin importar los resultados, sin importar las heridas, por qué tienen tanta sed  y se llenan dando felicidad a la gente. Es de ellos, de esos que dan la cara y no se esconden de esos que enfrentan y no engañan, de esos que no se creen más que el resto a pesar de ser importantes. Son de los que vuelan, de los que enfrentan tormentas, a pesar de los miedos, a pesar de los cuchillos que cruzan como palabras, hirientes,  macabras. Es de ellos, de los que dibujan la luz en la oscuridad, de los que nunca tendrán un lugar en los medios, de los que nunca recibirán premios, por que no los quieren, no los necesitan. Ellos son los que valen la pena, los imprescindibles.

  Que el amor deje de ser un escudo para ser la piel que el viento abrace, habitar el mundo de sonrisas hacer cadena pero de abrazos para sentirnos más fuertes, más humanos. Llorar de una puta vez de alegría, entre copas,  bajo las estrellas o la lluvia, dejemos de sobrevivir para vivir  o dejar vivir, siempre gana el miedo, ese bastardo. Poder volar entre canciones, entre versos en tus labios, en tus pelos, en tus manos. Propongo que la felicidad sea la única venganza, quién está de mi lado?

Las estrellas en el cielo, los árboles acariciados por el viento las nubes que tímidamente  recorren el paisaje. Un trago, dos,un par de latas vacías, una reposera cómoda  para ver el espectáculo. Un sapo salta en el patio, se lleva todas las miradas. La frescura llegó sin avisar, agarró a todos desprevenidos. Que trama el silencio? La noche presenta sus misterios, un sábado, da igual, la inmensidad usa al hombre como distintivo.

Soy todos los errores que cometí, las ausencias que viví, las calles que recorrí, las veces que esquive al amor  por sentir  que no era para mí. Respiré, el humo de la inconciencia, el aroma a bienestar  volé tan alto caí,  sin saber  que la tierra tiene cosas del cielo. Fui soledad para mezclarme en la multitud, tuve épocas en que la multitud  rodaba con mí soledad por la escalera, hasta caer en la puerta de una rosa  cansada de vivir con sus pétalos. No quiero los honores, del pasado aturden las blasfemias, del futuro la incertidumbre, el presente es ese único farol encendido  en la madrugada; Ahí te voy a esperar para siempre.

Rasgo las costura de mí voz, para cantarle al día: " Acá estoy con mí dolor, una yunta de por qués" La mañana, se dice tibia  gracias al cielo gris, cuándo llegará la lluvia para mí? Está demasiado lejos la ventana, adentro arden las noches. Canciones de ayer que no sirven para frenar las lágrimas. El hombre que fui sentado frente a mí, nunca lo había visto sin miedo, lo mataría, si tuviera el suficiente valor lo mataría...

Las estrellas de plata en tus manos, boca de luna; jirón gastado de un escudo  al lado de una manecilla ensordecedora. Las voces roncas sonarán una vez más, principio que viene de un final anunciado. Nada queda de los suspiros que supieron sortear montañas. Hubo un edén, hoy solo castillos de telarañas. Porfiados caminos, oscuras bocanadas de unos labios perdidos. A lo lejos,la armadura oxidada. Debajo del árbol, un soldado. Hay guerras  que dejan heridas por toda la eternidad.