Antes que se marche...
Nunca se llega a la verdad, sino es por los sinuosos caminos de la peculiaridad. El espiral del hermitaño, el historial se pudre por callar queriendo sin querer, odiando sin saber, si la libertad se escribe o se vive hasta que deja de existir. Pretérito de un espejo invertido, cada lado tiene un hilo rojo que pintó la musa huyendo a los brazos del impostor. En la punta de la lengua, vive sin alas un verdugo que una vez fue poeta. En el último escalón antes que la luz salga del párpado, aguarda inmóvil el destino, repudiando el paso del tiempo antes que se marche la metáfora.