Vuelo rasante.

Un vuelo rasante.
Un costado azul bañando el cabello gastado de una princesa.
Un mendigo alza la vista
y por primera vez descubre una estrella entre tantas luces cegadoras de la ciudad.
Nadie se da cuenta,
pero en una noche blanca como la luna,
alguien descubre que su vida no era su vida,
empezar de nuevo es posible,
deja sus zapatos al costado del hogar,
camina descalzo entre la multitud esperando que sus pasos reconcilien al amor y la belleza.
Las alas parecen congelarse al querer confesarse con un pastor que en el fondo  es ateo.
Se pierde de vista,
aunque deja una esquirla para el pasado.
La paz llega con el amor propio,
espada de todo hombre amable.



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