Me queda la memoria...

Una Soledad inquebrantable atraviesa la garganta,
ríos que  eran sagrados 
hoy,
son venas a las que no le quedan sangre.
Tengo miedo,
las nubes ya están acá
preanuncian tormenta,
la primera gota dolerá más
después
se acostumbrará la miseria.
Silencio que suplantan escudos,
lugares donde no cabe la palabra
tengo el cuerpo herido
pero intacta la memoria,
pueda que duela mucho
pero lo recordaré para toda la vida.
Una desazón empuja la última hoja del otoño
la envuelve después el viento
para ocultarla en su boca,
todas las miserias y una más
aún así me queda la memoria.
Tengo al olvido encerrado,
al corazón preguntando si puede renunciar.
Los pasos no llevan a ningún sendero,
a la vista se le escapan los caminos
nadie preguntará, ninguno tocará la puerta,
no necesito voces a mi alrededor
por que aunque no tenga a nadie
me queda la memoria.




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