Guerra.

Bemoles,
soledad en do
bañada con matices de primavera.

Uno busca más
pero sabe que no encuentra,
uno sueña más
pero termina retorciéndose
en la mezquindad de lo posible.

Añorar lo imposible trae problemas
pero no suelo entregarme después del suspiro.

Sabes,
no queda nada después del infinito,
he comprendido que el final del camino no es la utopía,
sino lo que uno ha transcurrido.

La alegría está en el andar 
no en el descanso,
somos algo más que un pedazo de carne con sentimientos.

Bendice la soledad
acepta el fracaso, 
solo es un impulso para llegar  bien alto.

La nada es el punto de partida,
uno muere y nace todos los días
gracias al amor,
ese todopoderoso que navega hacia nosotros
dispuesto a la guerra.








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