Relato de un preso.

La cara mas oscura de la luna tienta con sus lágrimas a que cada destello
se apague en el recuerdo.Luego mientras algunas luces dan vuelta,
otras son devoradas por la sombra sin saber por qué. 
Las cicatrices buscan abrirse en ese corazón que mece sostenido en los brazos del árbol...
Nada nuevo en la noche, las estrellas rompen en llanto,esconde la sonrisa del perdedor. 
La mañana es la misma de todas, no deja sonreír a los enamorados
abrazados bajo la acera. Escapan, son encontrados, vuelven a escapar.
El viejo solitario que cruza el parque esta mañana decidió cambiar de destino, no lo veo, ni siquiera escucho sus quejas. Tal vez se quedó contando las pocas hojas que le queda al otoño.
Tampoco veo el incesante desfile cotidiano de autos, las puteadas de la Secretaria al remisero por la frenada brusca.No hay nada.
Pasan los minutos. Cada día pienso que en cada segundo hay un año, siento que las paredes me hablan y me cuentan vida y obra de todos los que estuvieron acá.
Yo al principio le seguía el cuento, mientras me convidaba un cigarrillo me reía de sus bromas. En cada madrugada antes de dormir, se despedía con la misma frase"No creas cuando dicen que las paredes hablan", eso y una mueca, para volver a estar solo, como me siento ahora.
Ya Nadie viene a visitarme, con mi familia se fueron mis amigos, también partió la memoria. Mi nombre forma parte del viento, o quizás está anotado en una de estas cuatro paredes. Cuál será? Miguel,Walter, Marcelo, Daniel, Fernando, o Diego...
A través de los barrotes veo parte del horizonte, buscando una luz al final del mundo, extraño cuando estrujaba en viento entre las manos.
No soy un segundo de lo que una vez fui.



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