Para siempre...

Ahí lo ves
bordando el cielo
con pinceladas azules,
dejando sus pasos marcados
en la estela gris.
Ríe muy pocas veces,
sufre en silencio
quiere dormir
¿A dónde va la ilusión del hombre
cuando los imbéciles asesinan
la utopía por la espalda?
Lo tuvo todo, 
perdió casi todo,
Vieron su espíritu
rodar por los aires?
No.
Con su mano,
con su boca
con su sangre
aferraba su espíritu,
pero fue inevitable
solo él 
y los tres o cuatros
que lo miraban detenidamente,
se dieron cuenta
que su alma
había muerto para siempre.

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