Mariscal.

Casi sin pensar, sin decir, tal vez silbando se fue a soñar a otra parte; 
a mostrarle su sonrisa a los ángeles, a pararse cómo último mirarlo a dios a los ojos y sin hablarle,darle a entender que nunca lo pasará.
Ahí estás Mariscal, desafiando al creador de creadores.
En las noches la silueta se mueve en el aire salvando todos los errores,
custodias desde otro lugar las almas,las de la cancha, las de la vida.
Partido chivo, desde que te fuiste estamos con diez, y no hay reemplazante para vos en el banco.
Arriba será distinto supongo, con vos alcanza y sobra.
Un grito, una seña, una barrida o tirarla afuera, da igual...
Nosotros seguiremos este partido lo más que podamos, dejaremos todo, 
tu memoria lo merece...




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