Levanta la copa...

Tomamos el eco de una voz
que no nos pertenece
caminamos,
arrastramos una fantasía
que no nació de las entrañas.
Prisioneros de la civilización,
vivimos encerrados en la barbarie,
esa vida que nos quema el corazón
al sol de la siesta.

Miedo,
llanto,
todo lo que una vez fue
es parte de una canción
que nunca le gustó.

El alma levanta la copa
brinda por los viejos tiempos,
herida por la sombra
aun es capaz de sonreírle 
a esa meta que no pudo lograr.


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