Fulboamor.

Me cansé del esquema conservador
apelé a lo novedoso
sobre todo cruzando mitad de cancha.
Abajo con dos,
arriba todos los demás.
Los extremos bien abiertos,
los marcadores de punta proyectándose
a lo largo de la banda.
No funcionó.
Me acordé del "paso a paso"
primero bien atrás,
vemos lo que pasa adelante.
Perdí por goleada.
Alguien me habló del "fútbol Champagne"
de jugar tranquilo por abajo,
si es posible a un toque;
me dijeron que ataque con mucha gente
pero al rival no le gustó,
se enojó y en casa me volvió a golear.
No me dejó agua caliente para bañarme
salí sucio de la cancha.
Fue cuatro-cuatro-dos,
cinco,dos, uno, dos,
tres, cuatro, tres, 
uno, cuatro, cinco,
con enganche,
con un diez sacrificado en la marca,
lo hice con doble cinco,
con libero, estoper, 
en el banco de suplentes alterné entre volantes y delanteros
dejé afuera a los defensores.
Ni puteando al de negro
llegas al empate.
Perdí categóricamente...
En el vestuario
le presentas la renuncia a los jugadores,
el presidente de casualidad se entera
e intenta negociar un domingo más,
pero lo asumiste antes con tus colaboradores,
"si el domingo perdemos nos vamos",
ello asienten con la cabeza
se hubiesen ido antes.
Te imaginás una semana complicada,
todas las producciones te llaman
por que quieren tener la primicia,
ex compañeros tuyos hablan mal de vos,
y mirando el resúmen deportivo
lo encontrás a tu presidente
diciendo que lo mejor que hiciste
es presentar tu renuncia.
Llega el domingo, 
extrañas horrores alentar a tus jugadores
pero la cosa es así
te fui con todas mis armas
y tu frialdad
me volvió a dejar sin trabajo antes de llegar a diciembre.

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