Hoja de la primavera.

Tengo una hoja que aplaude sin miedo, 
una rama como espada
por si vuelven los molinos de viento.
A mis amigos se le cae la piel,
pero sus huesos empuñan la espada,
esa que forjaron sin sed
al costado del río que baja del cielo.
Chaleco como alma,
 vienen las heridas
una a una;
promesas al costado de un fuego
cobijadas por árboles en una noche helada.
No son los tambores,
son corazones que buscan parir sus deseos,
se escuchan,
a lo lejos.
A lo lejos también alguien canta.
La última hoja de la primavera escribe su canción
aunque quizás,
nadie llegue a escucharla.



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